Cuando El ministerio del tiempo comenzó las emisiones de su segunda temporada se enfrentaba a un importante reto: no defraudar a aquellos que babearon con los primeros capítulos de la serie. Además, la ficción tendría que hacer frente a la baja de Rodolfo Sancho, que se marchó a Almería para rodar Mar de plástico. Su sustituto sería Hugo Silva. 

Un actor que siempre ha sido elegido para papeles con muy poca profundidad en televisión. Textos en los que era más importante aparecer sin camiseta que lo que uno soltase por la boca. Pero con El ministerio del tiempo hemos descubierto a otro Hugo. Un Hugo bien dirigido que ha sabido plantar semilla en la serie.

Y justo cuando la semilla estaba comenzando a echar raíces, nos lo quitan de las manos. Este lunes regresa Rodolfo Sancho a la ficción y toca decir adiós a Pacino. Razones de presupuesto, asegura Javier Olivares, creador de la serie. 

Julián (Sancho) llevaba sobre sus hombros el protagonismo de la primera temporada de la serie. Sus dramas y sus fobias tuvieron un peso muy importante durante los primeros capítulos de la ficción, su carta de presentación frente a la audiencia. Un pesimismo que ya cargaba en la época final del personaje y que venía bien dejar atrás.

Un nuevo personaje sin tanta carga dramática que ha permitido explorar nuevas historias

Con Pacino (Silva), El ministerio del tiempo se llenó de humor. Un nuevo personaje secundario sin tanta carga dramática ha permitido explorar a nuevos nombres, nuevas historias y nuevos actores. Pacino llenó El ministerio del tiempo de acidez, de ironía y de giros argumentales que saltan a las redes sociales en cuestión de segundos. Y todo eso sin quitarse la camiseta. 

A pesar de llegar directo desde los años 80, Pacino ha sabido conectar con la audiencia mucho mejor de lo que lo hacía Julián en su etapa final. El personaje de Sancho sirvió para mostrar al espectador los pros y los contras de un ministerio hasta ahora desconocido desde el punto de vista de una persona de este siglo. Una vez construido ese contexto, Pacino nos ofreció algo más para no quedarnos estancados. 

Esto no quiere decir que ambos personajes no sean compatibles. Hugo Silva y Rodolfo Sancho pueden estar en una misma habitación, en un mismo plano, y el mundo no se terminaría. Ya vimos a Las Ketchup pasar de ser tres cantando el Aserejé a cuatro en Eurovisión. Los Power Rangers eran cinco. Y Capitán Planeta trabajaba con cinco jóvenes a su servicio. Y para patrulla, la X. Si hasta las hermanas Halliwell se tuvieron que sacar de la manga a una Paige hasta ese momento desconocida. Esta serie está pidiendo un triángulo amoroso a gritos y por eso hay que chillar a los cuatro vientos: ¡Pacino, quédate!