Hace siete días, Malaka se despedía de Televisión Española con un 9,8% de cuota de pantalla y 1.351.000 televidentes de media. Un dato discreto, pero que sitúa a la serie protagonizada por Maggie Civantos y Salva Reina una décima por encima de la media de la cadena en octubre.
Compuesta por ocho capítulos, la serie resolvió su misterio principal, quién mató a Noelia Castañeda en el séptimo, y utilizó su última entrega para, de manera relajada, desvelarnos el destino de cada uno de sus personajes.
La ficción creada por Daniel Corpas y Samuel Pinazo cerró por completo la trama, aunque una nueva temporada podría ser posible. “Ojalá, porque es una oportunidad para todos, para la industria audiovisual malagueña, y para mí personalmente me encantaría. Los amantes de la serie vais a quedar satisfechos con esta temporada, dejando una línea abierta que podría dar paso a una segunda” apuntaba a este portal Salva Reina, quien en Malaka dio vida a Darío, el Gato, el policía que se sabe mover mejor por los bajos fondos que por la comisaría. Pero ¿debería tener Malaka una segunda temporada?
A favor: Málaga es la verdadera protagonista de la serie
En Malaka, Pinazo y Corpas han retratado otra cara de Málaga diferente a la que estamos acostumbrados a ver por televisión, en la que se habla de grandes museos, festivales de cine o grandes eventos por semana santa.
'Malaka' podría funcionar como una antología en la que Málaga fuese la protagonista
Aunque esta primera temporada la hemos vivido agarrados de la mano de los personajes del Gato, Blanca y Quino, es Málaga la verdadera protagonista. Sus calles, sus comidas, sus expresiones, su acento, sus barrios adinerados y otros menos pudientes.
Así pues, Malaka bien podría funcionar como una antología que cada temporada nos contase una nueva historia ambientada en la capital costasoleña, ya sea con de nuevo junto al Gato y compañía, o con otros nuevos personajes.
Además, la serie ha mostrado un enriquecedor abanico de personajes secundarios cuyas andanzas serían dignas de seguir, ya sea un desgraciado como el Barra (Ignacio Mateos) o cualquiera de los miembros del clan de los Cucos, la banda de narcotraficantes que dirige con mano rígida la Tota (Laura Baena Torres).
En contra: Su trama tuvo un final muy cerrado
Sin embargo, realmente no es necesaria una segunda temporada pues Malaka cerró muy bien sus tramas, de una manera muy redonda, sin dejar preguntas en el aire, con cada personaje con un destino claro.
No resulta especialmente interesante conocer nuevos trapos sucios de los personajes
Perico pagará su crimen en el centro de menores, con cierta protección por parte de clan de los Cucos, que ya le han jurado que lo tratarán como un hermano. El Gato, tras ser expulsado de la policía, se ganará la vida de nuevo al margen de la ley, como tanta gente que conoce. Quino (Vicente Romero) intentará encauzar su vida dejando a un lado el alcohol, y Blanca ha descubierto el origen de esas heridas que le marcaron de por vida, y por fin podrá renacer como el ave fénix.
La serie está bien como está, y no resulta especialmente interesante descubrir nuevos secretos sobre Germán Castañeda, el coach Enmanuel Manfredi o el joven Álvaro, al que hemos dejado en el hospital. El crimen ya se resolvió, y cada uno continuó con su vida como pudo o como supo.
Además, la serie ha logrado un dato en audiencias que no sobresale dentro de la programación de La 1, por lo que se augura complicado que el ente público vuelva a apostar por ella. No obstante, sí ha logrado buenos datos en VOSDAL, la audiencia en diferido desarrollada durante el mismo día en el que se emitió, en directo, el programa de televisión