Suma y sigue. Las televisiones continúan blanqueando a la extrema derecha siempre que pueden. El último en hacerlo ha sido Espejo Público, que sólo unas horas después de que Santiago Abascal recitara el listado de personas de origen magrebí que reciben ayudas, ha optado por entrevistar al barbero del líder de extrema derecha para que diga que el político "no es racista".
"Hablamos de política lo justo. De impuestos... Las pocas veces que hemos hablado de inmigrates, yo no lo veo como una persona racista ni mucho menos. Está de acuerdo con el inmigrante que viene a trabajar y a contribuir a España", señala Elvis, un cubano que lleva viviendo en España desde hace trece años.
En ese momento, en vez de seguir repreguntando, la periodista ha optado por recordar que la última vez que fue a cortarse la barba no se la pidió picuda. "Esto es un dato", decía la periodista. "¿Y por qué?", preguntaba Susanna Griso desde plató.
Griso se une así a otros rostros televisivos que, en busca de la cuota de pantalla, no dudan en ayudar a blanquear a la extrema derecha en nuestro país. Así veíamos como hace dos semanas Pablo Motos invitaba a Abascal a El Hormiguero, pero tenía que prescindir de sus habituales juegos ante las duras críticas que había recibido días antes.
Allí, en un programa blanco y familiar, el líder de VOX pudo verter sin problemas su discurso homófobo diciendo que "es preferible que un niño tenga un padre y una madre" o machista diciendo que "no tomaríamos medidas contra una mujer que quiere abortar, pero no daríamos ayuda pública".
Y lo mismo ocurría meses atrás en Mi casa es la tuya cuando Bertín Osborne contribuyó como nadie a humanizar a Abascal ofreciendo de alguien que no condena el franquismo una imagen simpática y amable.
Tampoco podemos olvidarnos de Ana Rosa Quintana, que corrió rauda y veloz a entrevistar a Abascal sólo unas horas después de que su partido irrumpiera en el Parlamento de Andalucía con 12 diputados para no saber rebatirle los datos falsos con los que construye su discurso xenófobo, homófobo y machista.