El día ha llegado. Después de años de rumores y tras varios retrasos en su lanzamiento, Apple estrena este viernes en más de cien países, entre ellos España, su plataforma de streaming bautizada como Apple TV+.

Lo hace tarde y mal, con más luces que sombras, con un escaso y criticado contenido en el que ha invertido 6.000 millones de euros, siendo la primera plataforma que no cuenta con una librería de contenidos clásicos… pero con uno de los precios más atractivos del mercado: 4,99 euros.

La crítica ha valorado The Morning Show como poco pensada y políticamente confusa

Entre sus bazas para atrapar a los usuarios se encuentran The Morning Show, con Jennifer Aniston, Steve Carrel y Reese Whiterspoon; SEE, con Jason Momoa; Dickinson, con Haieee Steinfeld; Para toda la humanidad, con Joel Kinnarman y Michael Dorman; El escritor fantasma, Helpsters, Reina de elefantes, Snoopy en el Espacio, Servant, de M. Night Shyamalan; y Hala.

Un contenido bastante escaso y que ha sido masacrado por la crítica americana hasta el punto que de The Morning Show, que ha costado la friolera de 15 millones por episodio, dicen que es una “serie poco pensada y políticamente confusa”, y de See critican que es “aburrida y confusa”. 

Pero, ¿cómo es posible que una de las mayores y más valoradas compañías del mundo, que protegió con exceso los detalles de su plataforma y llevó a cabo una impresionante presentación de la misma, se haya lanzado de esta manera?

Para ello hay que mirar hacia atrás en el tiempo. Cuando hace dos años, los expresidentes de Sony Pictures Television, Jamie Erlicht y Zack Van Amburg, se pusieron al frente de la división de televisión de Apple, el reto que les encomendó Tim Cook fue encontrar un catálogo para toda la familia que no generara ningún tipo de polémica.

Un sobrecoste de 5.000 millones de dólares

Así nos hemos encontrado con que en todo este proceso de autocensura se han producido varias cancelaciones y cambios de showrunners, que han terminado por limitar las posibilidades de la nueva plataforma y elevando el presupuesto de 1.000 a 6.000 millones de dólares.

La primera y polémica cancelación que conocimos fue la Vital Signs, una serie basada en la vida del rapero Dr. Dre que fue descartada por Cook al ver que la ficción tenía un tono demasiado oscuro y estaba llena de sexo, drogas y violencia. 

También serían descartadas una serie protagonizada por Keanu Reeves como un asesino a sueldo, una en la que Michael Fassbender se convertía en conductor de rally o una ficción de Lee Daniels y Whitney Cummings inspirada en el movimiento #MeToo.

Asimismo, The Morning Show, la gran estrella de la plataforma, vio como su creador Jay Carson abandonaba el proyecto después de que la compañía le pidiera que la ficción tuviera un tono más optimista.

Y lo mismo ocurrió con Bryan Fuller (Hannibal, American Gods), que se desvinculó del reboot de Amazing Stories ya que Apple quería una versión menos oscura y más familiar que la que había ideado el creativo. 

Con estos antecedentes y, a pesar de su desorbitada inversión, parece que Apple TV+ no lo tendrá nada fácil en esta guerra del streaming a la que dentro de once días se unirá Disney+ y en la próxima primavera HBO Max y The Peacock, la plataforma de NBCUniversal.