Dos largos años después del estreno de su segunda temporada, The Crown regresa este domingo 17 de noviembre a Netflix con diez nuevos capítulos marcados por el cambio de sus actores protagonistas para así poder interpretar a unos personajes más adultos.
La elegida para sustituir a la sobresaliente y premiada Claire Foy era la no menos extraordinaria Olivia Colman, lo que daba toda la calma del mundo a sus seguidores. No obstante, aún faltaba por ver el resultado en pantalla.
Todos están encantados con el nuevo retrato, señora
Y, obviamente, como no podía ser de otra forma, Colman no necesita más que unos minutos para que nos agarremos de su mano para disfrutar de esta deliciosa tercera temporada. Lo hace, además, en una presentación espléndida para el espectador: presentando su nuevo perfil en sus sellos en los que podemos ver el cambio de actriz.
“Todos están encantados con el nuevo retrato, señora. Consideran que es una elegante reflejo de la transición de Su Majestad de joven señorita a monarca consolidada”, dice acertadamente el secretario privado de Isabel II.
Y es que, Colman ha sabido copiar los tics, los acentos, los andares, que ya había replicado acertadamente Foy de la reina Isabel II. De ahí que no sólo veamos a la monarca inglesa en Colman sino también a la actriz anterior.
Y lo mismo ocurre con el resto de personajes como Tobias Menzies (el duque de Edimburgo) o la espléndida Helena Bonham Carter. La única excepción es quizá la reina madre, cuyo personaje pierde inexplicablemente todo su protagonismo para cedérselo a nuevos personajes.
Los paralelismos entre la historia y los personajes
Entre ellos se encuentran Lord Mountbatten o la princesa Alicia, que llegan a la ficción con dos brillantes y elegantes presentaciones. Y es que precisamente en esta temporada es cuánto más se aprovecha la historia para hablar de los personajes, haciendo sobresalientes paralelismos entre ambos, al estilo de lo que muchas veces hemos visto en Cuéntame. ¿Recuerdan aquel capítulo en el que se hacía un paralelismo entre la crisis de la UCD y el matrimonio Alcántara?
Así, por ejemplo, nos encontramos con un formidable capítulo dedicado al príncipe Carlos en el que se compara el abandono que el propio heredero siente respecto a madre con el del pueblo de Galés respecto al Reino Unido; u otro en el que se aprovecha la llegada del hombre a la Luna para hablar de la decepción del duque de Edimburgo respecto a sus logros personales.
The Crown se antoja como una serie para disfrutarla poco a poco, no de un empacho
Y ni qué decir del segundo capítulo dedicado a la princesa Margarita, quien siempre ha reclamado un importante lugar en la familia. Fíjense sobre todo en el principio y el final de ese episodio. Pura poesía audiovisual.
Y si hablamos de elegancia, no podemos olvidar cómo Peter Morgan trata con sutileza y delicadeza asuntos delicados que afectan a la familia real británica como el supuesto affaire de la monarca con su entrenador de caballos, Lord Prochester, Porchie para la familia.
Por todo ello, como ya sucedía con sus dos anteriores temporadas, The Crown se antoja como una serie para disfrutarla poco a poco, no de un empacho. Saborear cada capítulo, cada escena, cada parte de la historia. Acudir después a descubrir cuánto de cierto es cada historia que se nos han contado, buscar esas mismas imágenes en la historia y compararlas.
¿Cómo no ir a informarse sobre ese intento de golpe de Estado en Reino Unido? ¿Cómo no buscar imágenes del discurso de investidura del príncipe de Gales? ¿Cómo no querer saber más de la princesa Alicia de Grecia y Dinamarca? Pongánse cómodos y disfruten de la que es la verdadera joya de la corona de Netflix.