La ficción en abierto vive una auténtica crisis debido a la irrupción de las plataformas de streaming y los nuevos hábitos de consumo. Una situación ante la cual los creadores intentan preguntarse qué hacer para reajustarse y que el género no muera definitivamente en nuestro país.
Quizá pueda tener la respuesta Madres, la nueva ficción de Mediaset España en colaboración con Alea Media (Vivir sin permiso, Patria). Y es que una vez visto su primer capítulo en la séptima edición del MiM Series, uno no puede dejar de pensar en si la clave para recuperar al público generalista está, por una parte, volviendo al pasado y, por otra, no yéndose a mundos lejanos ni a tramas trascendentales, sino tratando los problemas reales del espectador.
Madres no se va a mundos lejanos ni a tramas trascendentales, baja a la tierra a tratar problemas identificables
Si hace unos días comentábamos que la primera serie de HBO España, Foodie Love, era puro postureo para el público más snob de la plataforma con unas historias de lo más alejadas del mundo real; Madres es la serie clásica pensaba para el público más clásico. La reivindicación de la señora de Cuenca.
Así nos encontramos con una serie nada pretenciosa que intenta ir directa al corazón del espectador más fiel de Telecinco, a aquel que se sentirá identificado de alguna manera con alguno de los problemas que se tratan: la anorexia, el cáncer, el autismo, la adopción, la depresión… Pero, ¡tranquilos!, que estos temas no están tratados desde la pornografía emocional a pesar de lo fácil que hubiera sido apostar por ello.
Para contrarrestarlo, su creador ha apostado por rostros clásicos de la ficción que generen confianza en el espectador, actores que forman parte ya de nuestra vida como ocurre con los intérpretes de Cuéntame: Antonio Molero -el inolvidable Poli de Médico de Familia o Fiti de Los Serrano-, Carmen Ruiz -la Chusa de Yo soy Bea-, o Belén Rueda, que vuelve a hacer por tercera vez de periodista.
La serie va directa al corazón del espectador más fiel de Telecinco
Y en esa clasicidad, en ese costumbrismo, no podía faltar, por supuesto, el tan famoso bar de las series más clásicas y que recientemente ha vuelto a poner de ‘moda’ Estoy vivo y donde se intenta un poco destensar las tramas más pesadas.
Madres es la vuelta a la serie clásica de médicos aunque con la particularidad de estar contada desde el punto de vista del paciente y, sobre todo, que no es una serie procedimental. Aquí no hay casos que se abren y cierran por capítulo sino que se extienden por varios episodios.
Falta ahora por ver si las historias son lo suficientemente potentes para mantener al espectador capítulo a capítulo durante los 26 episodios que ya están firmados. Falta ahora por ver si este es un buen antídoto para luchar contra el estado actual de nuestra ficción.