Un año más, y ya van quince, Anne Igartiburu se pondrá al frente de la retransmisión de las Campanadas de La 1 de TVE. Lo hará por segundo año consecutivo junto a Roberto Leal, la única persona junto a su chico que ha podido ver cómo será su vestido para esa retransmisión.
"Rojo, brillante, manga larga, escote precioso y Caprile", explica la presentadora vasca que, en cualquier caso, recuerda que "esto no es un vestido ni unos presentadores, es el momento".
Un momento que dará inicio a un 2020 en el que Igartiburu cumplirá 23 años en la radiotelevisión pública. 23 años en los que ha pasado de ser la presentadora estrella de la cadena, presentado sus principales apuestas, a estar un tanto olvidada para esta tarea. De ahí que al nuevo año le pide algo más que hacer "una entradilla de 20 segundos".
Siempre dedicas Nochevieja a algún fin o causa benéfica. ¿A qué será este año?
A la agenda 2030 para el compromiso medioambiental. Quiero hacer un guiño a todo lo que estamos viviendo y hacer mi pequeño homenaje. Tendré algo que represente a ese movimiento. Y luego también habrá otro guiño a través de Malas madres, que tiene que ver con la igualdad y romper ese techo de cristal, y dos mujeres me prestarán algo. En otros años me dieron algo Rafa Nadal, Margarita Salas, Nuria Espert, Pablo Alborán...
¿Llevas a cabo alguna preparación especial ese día?
Han adelantado la salida de la San Silvestre y también la citación para la Puerta del Sol, así que ya veremos. Normalmente la organización me deja ponerme delante para salir antes. Los 10.000 los corro cómoda en una hora y quince. Pero si no me da tiempo, saldré a correr a las cinco, me pegaré una ducha y luego tiraré para la Puerta del Sol.
Roberto Leal nos contaba que ese día comía con Alberto Chicote y Cristina Pardo. ¿Te lo han propuesto a tí también?
Sí, sí. Pero estoy en casa o voy a correr. En ese portal están todos los presentadores y tenemos relación. Es muy chulo porque nos encontramos todos. Por ejemplo, Carlos Sobera que ha estado de compañero mío en TVE y luego ha estado en Antena 3.
¿Sigues poniéndote nerviosa?
No es que no me ponga nerviosa, es que no me lo permito. Sé que si me pongo nerviosa, puedo perder el control y ese día cae sobre mí la retransmisión. He aprendido a disfrutar y a estar en lo que estoy. En mi carrera son muchas horas de directo: más de 6.500 corazones, galas de Eurovisión, Mira quién baila, la gala Inocente, Inocente...
¿Te acuerdas de la primera vez?
Sí, sí. Con Ramón García había trabajado mucho en ETB, había hecho radio con él... Nos miramos y nos entendemos bien. No le quiero quitar mérito a esto, pero cuando estás delante de la cámara, hay que disfrutar.
¿Qué le pides a 2020 profesionalmente? Estaría bien verte más en prime time...
Ya, ya. Siempre me lo preguntan. A mí también.
¿Tú eres de pedir?
No. Creo que cuando ha habido programas importantes en la casa, me he dejado caer… Pero, saben que estoy bien en Corazón, en un horario cómodo... Claro que quiero hacer más cosas: trabajar con emociones, hacer programas cercanos en los que puedas trabajar las emociones de las personas, acompañarles en la toma de decisiones importantes... Ahora tengo 50 años y lo veo con otra visión que con los 25 que llegué a la casa. Este año cumplo 25 años en TVE.
¿Un prime time?
O propuestas así puntales que pueda desarrollar algo más que una entradilla de 20 segundos, que está bien, que no me quejo porque tenemos buena audiencia y estoy en La 1, pero me apetece.
¿Te has planteado presentar una idea a la cadena?
Sí, claro. He planteado cosas. Pero ya vendrán formatos. De hecho ya se están barruntando cosas para el año que viene. Son ideas mías, pero que la está llevando una productora. Yo sé ponerme delante de una cámara y contar lo que está pasando.
Corazón ha sufrido, además, una revolución este verano…
Sí, ha habido un cambio. El hecho de que Rufino (Sánchez) se haya puesto al frente del programa, que es de nuestro equipo de redacción, ha hecho que la planteamiento sea distinto, el tratamiento de las noticias…. Hacía falta hacer más actividad en redes sociales, hacernos más eco sin tapujos sobre lo que los famosos contestaban. Es darle otra vidilla y hemos hecho bien.
Siempre has dicho que eres muy consumidora de televisión internacional, ¿qué formato te gustaría trasladar a nuestra tele?
Me sigue alucinando Ellen DeGeneres, la gran comunicadora, la que hace de espejo de lo que pasa en la calle, hace espectáculo, tiene sentido del humor, tiene compromiso y es una tía muy ágil. Luego hay una coach que se llama Mel Robbins, que hace un programa que acompaña a las personas y le hace ver los cambios que pueden hacer a través de sus propios recursos. El poder de la televisión está ahí: en acercar la emoción, en directos, sin tapujos y que llegue también a través de las redes sociales.
¿Te ves como Ellen?
Eso lo hace Ellen DeGeneres y Eva Hache y se acabó. Son mujeres que tienen muchos recursos.
¿Qué consumes en televisión?
Veo mucho First Dates porque me gusta ver cómo se conocen dos personas y lo diferentes que somos todos y cómo soñamos con despertarnos al lado de alguien que nos dé vidilla. Me parece un reflejo de la vida bien hecho, bien editado, que imagino que tendrá un límite, pero que me gusta mucho. Y mucha serie. Estoy encantada con Fleabag y me lo veo y me lo reveo.
¿Y proyectos como actriz?
Más en Euskadi. Allí he hecho series, películas... Y para el año que viene hay un proyecto de teatro que creo que va a salir y me imagino que en enero o febrero dirán algo. Es una comedia de mujeres, muy al uso y, si encajo los ensayos, igual lo hago. En las tablas, como en los viejos tiempos. ¡A pasarlo bien! El teatro fue mi escuela y tengo ganas.