Qué pena tan profunda da ver lo que han hecho con Cuatro. Aquella cadena que una vez sedujo al público presentándose como un modelo alternativo de televisión apostando por el riesgo y la innovación, ahora es un vertedero donde cabe lo peor de la pequeña pantalla.
Así lo ha vuelto a demostrar esta semana cuando han decidido que es súper gracioso invitar a uno de los pocos programas digeribles que tiene en su parrilla -Ven a cenar conmigo- a una fascista que niega el genocidio que sufrió nuestro país e insulta a las víctimas de un dictador con cada frase que escupe.
¿Se imaginan que en Alemania se da voz así a la mujer más nazi?
De esta forma, entre risa y risa, esta franquista a las que las televisiones han decidido convertir en personaje ha ido soltando perlas homófobas y racistas como que “los gays sois muy agresivos” o que el Islam dice que “hay que matar a los infieles”.
Pues a mí, qué quieren que les diga, me dan arcadas al ver que se sigue dando espacio a este tipo de escoria en televisión, que se sigue contribuyendo a dar voz a determinados discursos que luego se utilizan como argumentos en debates ya superados y, en definitiva, que se blanquee así al fascismo.
Luego nos preguntaremos cómo es posible que la extrema derecha cuele sus mensajes en la opinión pública, o que haya conseguido convertirse en la tercera fuerza política de nuestro país.
¿Un tronista neonazi?
Hace ya tres años, cuando laSexta empezó a despuntar claramente por encima de Cuatro, el consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile, explicaba que "el hecho de que en su grupo no se haga “hincapié en política es porque, más allá de un límite, sabemos que se entra en la propaganda, que es la manipulación del cerebro".
De hecho, al italiano no le tembló la mano para despedir primero a Jesús Cintora como presentador de Las mañanas de Cuatro porque "preferían separar la información y la opinión" y después cancelar este magacín político y Noticias Cuatro porque la actualidad en directo ya estaba en Telecinco. Y todo ello a costa de hundir las audiencias del antiguo canal de Sogecable.
¡Cuánta hipocresía! En Mediaset se ha hecho algo peor que hacer hincapié en política. Y es que, a través de programas de entretenimiento como Mi casa es la tuya, Cuatro al día o ahora Ven a cenar conmigo, se ha ayudado a blanquear a la extrema derecha. ¡Cómo olvidar aquel masaje de Bertín Osborne a Santiago Abascal!
Decía Gonzo que “por cada descerebrado que hable, hay que trabajar más para que los afectados también puedan hablar. Si un tío sale en la tele diciendo que los familiares de las víctimas solo se acuerdan de ellos cuando hay dinero, hay que buscar a víctimas que cuenten que eso es una gran mentira”.
Lo más triste de todo es que en la antigua Cuatro, no me caben dudas de que esto hubiera sido así. En la de ahora, sin embargo, es más probable que terminemos viendo a la susodicha franquista dando consejos de amor en Mujeres y hombres y viceversa o a un neonazi participando como tronista.