La audiencia de Gran Hermano tenía el futuro de la casa en sus manos en una simple expulsión: Quique y Suso lideraban los dos grupos que se han formado en Guadalix de la Sierra y dependiendo de la expulsión el concurso tomaría una decisión u otra.
A un lado del ring estaba Suso, el concursante más polémico de la edición. Después de enfrentarse a la casa casi al completo se enfrentaba por primera vez a la audiencia. Al otro lado, Quique. El experto en Gran Hermano había decidido enfrentarse a su gran enemigo en un duelo cara a cara.
La audiencia decidió: Quique abandonaba la casa por un ajustado porcentaje. Un 50,2% de los espectadores elegió al médico. Al hacerlo, la audiencia le ha mandado un mensaje a los concursantes dentro de la casa: los buenos nos están a salvo.
Los 'chicos de la biblioteca', como bien fueron denominados por el propio Suso, hicieron piña desde el primer momento para enfrentarse a los concursantes más polémicos de la casa. Después de quitarse del medio a Maite, el clan de Suso ha ido cayendo poco a poco. Primero lo hizo Muti y después Raquel. Sin embargo, la audiencia no ha querido deshacerse al personaje que probablemente de más juego dentro de la casa de aquí a la gran final del programa.
Si por si la expulsión de Quique no fue suficiente batacazo para la casa, cuyas caras demostraron el aburrimiento en que se hubiese convertido el programa de salvarse Quique, Suso consiguió el objeto que le otorgaba la oportunidad de salvarse o salvar en las nominaciones.
Era la mejor noche de Suso. Después de ver como su reino se venía abajo muy poco a poco tras los bombazos de los biblotecarios, el concursante ha salido al campo de batalla solo y se le ha concedido el mayor poder que un participante puede tener dentro de la casa: la esperanza de verse como ganador.
El grupo de la biblioteca se rompe
Ahora, los solitarios y descabezados concursantes que estudiaban placidamente su estrategia desde la biblioteca, se matan entre ellos. Tras la salida de Quique no ha pasado ni una hora cuando el grupo más grande de la casa ha comenzado a requebrajarse.
Prueba de ello han sido las nominaciones (de nuevo a la cara) que se han ido sucediendo dentro de la casa. Ivy ha sido la gran víctima de la noche, convirtiéndose en la segunda más votada con puntos de casi todos sus compañeros. Algunos por considerar a la novia de Carlos como la nueva líder y otros por acusarla de traición. Marta y Carolina protagonizaron una pelea durante las nominaciones. El grupo de los bibliotecarios se rompe tan fácil como una hoja de papel y se esperan nuevas estrategias para salvarse de la quema.
Finalmente, tres nombres se subían a la palestra: Ivy, Suso y Vera, al que muchos de sus compañeros criticaron por ser un "falso" al reconciliarse con Suso. Este último, que consiguió el poder de salvarse o salvar a uno de sus compañeros, se sacó a si mismo de la lista de nominados y su lugar lo ocupó Han.
Como colofón, Mercedes Milá quiso dar una pista sobre lo que podremos ver en la próxima gala del programa: uno de los concursantes podrá convertirse en el primer finalista de la edición.