Jennifer López y Shakira presumieron de orgullo latino en un trepidante espectáculo en el entretiempo del principal evento deportivo de Estados Unidos, un Super Bowl más hispano que nunca con la participación especial de las estrellas de la música urbana J Balvin y Bad Bunny.
Además, Emme Muñiz, hija de Jennifer López y Marc Anthony, hizo su debut mundial como cantante, al liderar un coro de niños vestidos de blanco, mientras Shakira le tocaba la batería y su madre la acompañaba con una capa que inicialmente parecía ser de la bandera estadounidense y terminó convirtiéndose en la de Puerto Rico, de donde son los cuatro abuelos de la niña.
El espectáculo de 12 minutos fue exactamente lo que ambas artistas habían prometido, una celebración de la cultura latina y un mensaje de unidad y de esperanza a la infancia, en especial a los niños de las minorías étnicas y demográficas en Estados Unidos, que esta semana arranca un polarizado proceso electoral para escoger al próximo presidente el próximo 3 de noviembre.
Justamente en este Super Bowl el actual mandatario estadounidense, Donald Trump, se convirtió en el primer presidente en ejercicio en comprar espacio publicitario para su campaña proselitista en una final de la liga de fútbol americano (NFL), que se calcula fue vista por cerca de 100 millones de personas. Su anuncio de 30 segundos de duración le habría costado unos 10 millones de dólares.
Sin embargo, Trump estuvo ausente, aunque estaba en su mansión en la vecina ciudad floridana de West Palm Beach, quizás para evitar la posibilidad de ser abucheado tal y como sucedió en el quinto partido de la final de la liga de béisbol en octubre pasado.
El exalcalde de Nueva York y multimillonario Michael Bloomberg, precandidato por el Partido Demócrata, fue el otro político que aprovechó para presentarse ante la millonaria audiencia del encuentro deportivo con un carísimo anuncio.
Aunque los anuncios comerciales suelen ser la parte más comentada del Super Bowl, incluso por encima del resultado deportivo, en las redes sociales las líderes de las tendencias fueron las estrellas del medio tiempo.
El show lo comenzó Shakira, quien vestida de rojo se paseó por algunos de sus principales éxitos. La cantautora colombiana compartió el escenario con el artista urbano Bad Bunny. Tocó la guitarra y bailó su ya conocida danza del vientre y, aunque insertó algunos segmentos en español, la mayoría de su espectáculo fue en inglés.
Jennifer López, por su parte, hizo una versión actualizada de su show de los últimos años, con la adición de un tubo de 'striptease', que manejó a su antojo demostrando que ha mantenido el entrenamiento al que se sometió para su película Estafadoras de Wall Street. Su invitado fue el reguetonero J Balvin, quien cantó un segmento de su éxito Mi gente.
Así, Shakira cantó con un puertorriqueño y López con un colombiano. Un mensaje más de unión y compenetración entre los latinos. Bailaron y cantaron salsa, cumbia, merengue y reguetón.
Las dos artistas latinas terminaron cantando juntas Waka Waka, la canción oficial del Mundial de Sudáfrica de 2010, enfundadas ambas en sexys bodies metálicos, melenas rizadas y al viento, y se despidieron con un sonoro "Gracias" y "Thank You", en otra muestra de la cada vez mayor presencia de la comunidad latina en EE.UU.
Antes de comenzar el partido, además, Demi Lovato había emocionado con su interpretación del himno de Estados Unidos. La cantautora estadounidense de origen mexicano demostró un rango vocal extraordinario y un control impecable y fue aplaudida con vigor minutos después de que se rindiera homenaje al basquetbolista Kobe Bryant, su hija Gianna, de 13 años, y las otras siete personas fallecidas a bordo de su helicóptero el pasado domingo en Los Ángeles.