¡Por fin! Tras semanas intentando que las nominaciones a la cara provocasen alguna reacción en los concursantes de Gran Hermano 16, el programa ha tenido suerte y Han y Aritz han discutido en directo. Ahora dirán que es un acierto nominar públicamente, pero la realidad es que durante toda la edición lo han hecho sin que esto aportase ninguna gracia al programa.
No voy a entrar en la incongruencia que supone que en la edición de los secretos y las falsas apariencias no se respete el misterio más sagrado de Gran Hermano. Ni siquiera voy a comentar algo que parece obvio, y es ese dicho tan popular de "lo poco agrada y lo mucho cansa".
Lo que voy es a centrarme en las nominaciones a la cara, ni más ni menos. Telecinco no ha innovado nada en este aspecto y se ha limitado a repetir la misma ecuación una y otra vez. Es cierto que unas semanas ha sorteado el orden en el que los concursantes daban el nombre de sus candidatos a la expulsión, mientras que otras semanas ha decidido que sean ellos mismos quienes elijan quién vota a continuación.
Diferente collar para un mismo perro, y es que ambas fórmulas tienen algo en común: son tremendamente injustas. Un jugador mínimamente inteligente podrá contar votos y cambiar sus nombres para alterar la lista definitiva: Si nadie nomina a la persona que tenías en mente, simplemente di otro nombre, pues tus elecciones caerán si no en saco roto.
Si observamos el Gran Hermano de Reino Unido descubrimos que es posible nominar a la cara sin favorecer sólo a algunos jugadores. El programa se ha caracterizado siempre por los miles de giros y novedades que incluye cada temporada, pero siempre intenta que todos los concursantes estén en igualdad de condiciones.
En Reino Unido, cada concursante introduce previamente unas fotografías en un sobre y las muestra a sus compañeros a la hora de nominar
Cuando allí nominan a la cara el proceso es diferente. Tienen que dar las razones públicamente pero eligiendo a sus nominados con anterioridad y en la soledad del confesionario, de modo que nadie pueda modificar su lista a mitad de camino. El método es sencillo, cada concursante introduce unas fotografías en un sobre y posteriormente las muestra a sus compañeros explicando el porqué de su decisión.
De este modo no se da ventaja a nadie, pero se continúa fallando en un punto especialmente importante dentro de una estrategia: la traición. En el anonimato del confesionario podrás votar fácilmente a algún aliado que ya te sobre en el juego, pero si lo haces públicamente mostrarás tus cartas y serás visto como un traidor, por lo que difícilmente esto sucederá en un programa de convivencia que, mínimo, dura tres meses.
Para solventar esto se han puesto en marcha otros mecanismos. Se podría destacar especialmente uno que provoca un gran malestar en la casa. Cada concursante nomina en la soledad del confesionario con un sobre esperando a ser leído. Al final de sus votaciones descubre, al leer el contenido de la carta, que ha sido grabado y se mostrará el video a todos los compañeros.
Evidentemente, este método, al igual que todos los ya comentados, no es perfecto, pues todos provocan que los concursantes pierdan seguridad respecto a los pasos que dan en el juego. Si un día te engañan así estarás preparado para que ocurra lo mismo en futuras ocasiones, por lo que empezarás a andar con pies de plomo y perderás la naturalidad de la que deberías hacer gala.
Actualmente Gran Hermano se encuentra frente a una bifurcación y debe tomar una decisión que afectará a su futuro para siempre. Se reclama a los concursantes que sean jugadores y apliquen la estrategia como arma de juego, pero aquellos que lo hacen son todavía castigados por la audiencia. Si se quiere una casa con estrategas, habrá que dotarles de herramientas que permitan el juego, y no dinamitar las nominaciones constantemente realizándolas a la cara.
Vídeo con los concursantes de UK viendo sus nominaciones: