El descanso de la final de la Super Bowl ya es un clásico. Cada vez son más exigentes. Se trata de uno de los momentos más vistos de la televisión en todo el mundo cada año y por eso se ha convertido en uno de los eventos musicales más importantes donde todo artista quiere estar.

Este año, Beyoncé, Coldplay y Bruno Mars eran los encargados de amenizar estos minutos de descanso en el partido. En comparación con otros años, cuando el protagonismo recaía sólo en un cantante, en esta ocasión vemos una actuación menos espectactual para ofrecer un concierto más convencional.

Los tres cantantes cantaron algunos de sus éxitos de los últimos años y al final del descanso, después de 15 minutos de actuación sin continuada, rindieron homenaje a cantantes ya fallecidos como Michael Jackson o Whitney Houston.