No fue algo estudiado, pero este domingo se dio en televisión un enfrentamiento de carácter, que no de género. Las cadenas no se pelearon con espacios de corte similar ni pusieron cara a cara dos mismos estilos de hacer televisión. Se habló de machismo: uno puso directamente el caso sobre la mesa y el otro dejó que los espectadores tomasen sus propias decisiones a través de las imágenes.
Este domingo, Cuatro estrenó la segunda temporada de Los Gipsy Kings, un espacio en el que varias familias gitanas hablan de su día a día, de su forma de vivir y de sus tradiciones. Al otro lado, Salvados regresaba a laSexta con uno de sus reportajes más sobrecogedores, enfrentándose directamente al machismo y recogiendo testimonios de expertos, supervivientes o incluso de aquellos que causaron las secuelas.
Salvados arrancó con una joven denunciando su caso y explicando ante la magistrada cómo había sido la última pelea con su pareja. Una coleta de espaldas es todo lo que veíamos de esta joven que servía como punto de partida para explicar lo que sufren cientos de mujeres cada día.
Así se fueron sucediendo los testimonios de expertos e implicados. Jordi Évole entrevistó, pidió consejo e hizo autocrítica con los medios de comunicación y su forma de informar sobre cada caso de maltrato. El programa de laSexta no dio rodeos desde el primer minuto: El machismo mata era el nombre de este reportaje que no se escondió y agarró el problema de frente.
Cerró el caso en las aulas, donde comienzan los primeros casos de violencia machista. El programa acudió a un instituto junto a una especialista en violencia de género para hacer un taller sobre cómo los estereotipos influyen desde el primer momento en la visión que tienen los jóvenes sobre este tipo de casos.
Al otro lado, Los Gipsy Kings no juzgaron. Simplemente, mostraron. El programa comenzó esta segunda temporada siguiendo las andanzas de algunas de las familias de la primera temporada e incorporando otras nuevas. Desde los más jóvenes hasta los más curtidos, se vio el trato que hay hacia la mujer en los clanes gitanos.
En la familia Montoya, la matriarca está comenzando su propio negocio en el mundo de la moda. Mientras, el padre de la familia se quiere lanzar al mundo de la música. Eran las cuatro de la tarde y la familia no había comido porque la madre estaba teniendo reuniones fuera de casa. Caras largas y comentarios muy machistas se dieron lugar en ese momento a modo de espectáculo televisivo con toques más de humor que de drama.
No se salvó de ello Jorge González, el rostro más famoso de esta temporada. El ex concursante de Operación triunfo y La voz encabeza una de las familias del programa. “Yo con mis hijos hago 30 cosas a la vez y Jorge no sabe hacer ni una”, dijo la mujer del joven tras escuchar la broca de Jorge, que asegura no haberse podido vestir porque tenía que cuidar de sus hijos y su mujer no estaba en casa.
Dos formas de hacer televisión muy distintas que, si bien se enfrentaron, podrían haberse programado de forma consecutiva a modo de Hermano mayor. Primero, Los Gipsy Kings mostraron las imágenes más documentales. Tal vez su error fue caer en el humor con ciertas situaciones que, a esa misma hora, se estaban criminalizando en Salvados.