Gran Hermano vuelve a hacer de las suyas y cambia una de las normas más básicas del programa sin previo aviso. Si hasta ahora los concursantes nominaban y el público expulsaba, ahora una cajita de madera puede sortear todos estos obstáculos y enviar a un concursante a la gran final. ¿Injusto? Seguramente. ¿Acertado? Sin duda alguna.
Por enésima vez, Telecinco se fija en las ediciones del programa en otros países a la hora de incorporar novedades, por lo que nosotros también nos podemos fijar en cómo funcionó la elección de un finalista con meses de antelación para fantasear con lo que podría suceder en España.
Helen Wood, que había protagonizado dos escándalos de índole sexual en Reino Unido antes de entrar en la casa de Gran Hermano, se convirtió en la ganadora de la decimoquinta edición habiéndose proclamado finalista durante la gala inaugural.
Helen Wood se convirtió en ganadora de 'Big Brother' habiéndose prclamado finalista durante la gala inaugural
Ella nunca se enfrentó a las nominaciones de sus compañeros ni al juicio de la audiencia (a diferencia del caso español donde la elección del finalista llega tras cinco o seis rondas de nominaciones), lo que la convirtió en una concursante privilegiada que podía hacer y decir lo que quisiese.
Compitiendo contra concursantes que estaban preocupados por la expulsión, ella destacó al poder actuar "a cara de perro". Daba igual lo que hiciese, pues su puesto en la final estaba asegurado. Hablando claramente, se creció al saberse intocable, gritó y amenazó a sus rivales al saber que no podrían nominarla como castigo y no tuvo que jugar con doble cara, pues había evitado desde el primer minuto el lastre de las nominaciones.
La organización tuvo que amonestar a Helen Wood por un comportamiento que rozaba lo permisivo sabiéndose finalista
Esto provocó que Gran hermano tuviese que amonestarla en varias ocasiones, pues su comportamiento rozaba lo permisivo, pero al llegar a la final el público premió su exposición ante las cámaras. Ella había dado más juego en la casa que la inmensa mayoría de sus compañeros.
Lo que ganará GH16 si un concursante logra ser finalista abriendo la caja
Situémonos ahora en la casa de Gran hermano 16, donde la mayoría de los concursantes son acusados de "estrategas", "bienquedas" o "muebles". Cualquiera de estos adjetivos refleja un evidente miedo por salir nominado, o la necesidad de pasar desapercibido para que los concursantes más polémicos sean expulsados por la audiencia.
Elegir ahora a un finalista quitará esta pesada losa sobre los hombros de uno de los concursantes, que podrá mostrarse realmente tal y como es y, muy probablemente, cambiará su actitud al conocer que es un privilegiado dentro de la casa.
Seguirá nominando hasta el día de la final, por lo que muchos tratarán de hacerse con su amistad para evitar sus puntos cada semana. Otros, los que piensen que optan al premio final, quizá traten de dinamitar su popularidad, tratando de mermar sus opciones de llevarse el maletín cuando llegue el día de la final. Sea como sea, se convertirá en un elemento polarizador dentro de la casa.
'Big Brother' dejó que el público diera a un concursante el poder de elegir un finalista y un concursante siempre nominado
Sin embargo, España ha optado por un método poco jugoso. Que el finalista sea aquel que consiga abrir una caja convierte a este premio en fruto del azar, y no en un elemento estratégico que repercuta en todos los rincones de la casa.
Reino Unido no lo hizo así. Allí el público escogió a su favorito de la gala inaugural a través de la aplicación móvil del programa. Esa persona obtuvo un premio de valor incalculable, pudo elegir al primer finalista de la edición (escogió a Helen) y a una persona que estaría siempre nominada.
Su fórmula (que ya ha sido imitada en Gran Hermano 2015 de Suecia y en otros países) se aproxima mucho más a la idea original del programa, aquella en la que los concursantes proponen y el público escoge, no una caja mágica.