Íker Jiménez rompe su silencio sobre el boicot y la campaña de desprestigio sufridos en la SER

La salida de Íker Jiménez de Cadena SER no fue tan calmada como a priori parecía. El presentador decidió no renovar su contrato al frente del mítico Milenio 3 y dedicarse en exclusiva a su trabajo en Mediaset España, con un nuevo formato radiofónico en Radioset que compagina con Cuarto milenio.

La principal razón por la que tomó esta decisión junto a Carmen Porter, su mujer, fue la hija de ambos, Alma. "Yo me hubiera ido dos años antes", afirma en una entrevista concedida a PAPEL. El nivel había bajado porque tenía que delegar muchísimo y las cosas no salen igual. También vi en peligro mi entusiasmo: ya no tenía tiempo de salir, de investigar. Aguanté por la gente. Y porque nos pagaban muy bien".

Pero, además, tampoco se sentía valorado por Cadena SER como cree que debía. "Yo sentía que, a pesar de la audiencia que teníamos, no estaban lo que se dice treméndamente orgullosos de nosotros. Prisa es un imperio de poder intelectual importante", afirma. "Si te cuento las campañas de desprestigio que nos han hecho... Hasta boicoteos de los mismos compañeros de emisora. Tengo un aprendizaje tan grande de hostias y de palos que me he blindado".

Todo esto se juntó y vio que "se iba a la porra todo: familia, tele, radio, todo". "Y hubo cierta sintonía con Paolo Vasile. En el momento de la firma, me dio la mano y me dijo: oye, tío, estoy contento de que estés conmigo. Hostias, esas son las palabras que quería oír".