Hace quince días, el pulsador de Tu cara me suena decidía que Mario Vaquerizo se metiese en la piel de David Civera. Una vez que pasó por el clonador, el líder de las Nancys Rubias interpretó el tema ‘Bye, bye’, recreando el videoclip, en el que aparecía vestido como un gangser.
En su valoración, Àngel Llàcer admitía que le encantaba Vaquerizo, y aplaudía que para la imitación “se ha quitado toda la pluma que tenía, ha desaparecido”. “¡Gracias a TCMS estoy siendo un hombre de verdad!” exclamaba Mario Vaquerizo.
Aunque el ambiente era cómico, el presidente del jurado no quiso dejar que Vaquerizo se quedase tan pancho. “Se puede ser un hombre de verdad y tener pluma”, manifestó Llàcer, rompiendo una nueva lanza en contra de la masculinidad tóxica que se ve en otros formatos.
El programa que rompe con la masculinidad tóxica
En las últimas semanas, Operación Triunfo ha dado mucho de qué hablar sobre esa masculinidad tóxica y frágil. Jesús, uno de sus concursantes, llegó a decir que le daba asco ver a sus compañeros maquillados. Días después, en un ejercicio de improvisación, Bruno trataba con una hipotética novia transexual, a la que llamaba Paco mientras se desternillaba de la risa. Esta misma semana, en los spin-offs de La isla de las tentaciones, Ismael rompía a llorar porque se ha puesto en duda su heterosexualidad.
En TCMS no existe miedo alguno a romper la masculinidad del concursante varón. De hecho, se convierte en un gran aliciente para ver el siguiente programa el hecho de que alguien pase por el clonador para imitar a un artista del otro sexo. Que aunque salgas del clonador con peluca y tacones no dejas de ser menos hombre o menos mujer, porque simplemente se está interpretando.
En ese sentido, cabe destacar las palabras que dijo Cristóbal Garrido cuando ganó la primera gala de Tu cara no me suena todavía imitando a Olga Guillot. Emocionado, quiso dar las gracias porque TCMS “es un programa en el que habéis comenzado a travestir a los hombres, viéndolo con naturalidad” destacando cómo mucha gente se dedica, como él, al transformismo, y parece que esa disciplina “siempre queda detrás del teatro o de la música”.
Jesús de Gemeliers se volvió "la más perra" sin miedo al qué dirán
El programa consigue que nadie tenga complejos por el aspecto, por muy feo, grotesco o sexy que pueda salir al escenario. Algunos entran en el juego a las mil maravillas, como por ejemplo, los Gemeliers, quienes están entre los favoritos para alzarse con la edición. Cuando tuvieron que imitar a Becky G y Bad Bunny, Jesús el encargado de emular a Becky se lo pasó pipa correteando por todos lados en tacones.
En los ensayos, Míriam Benedit, la coreógrafa, le decía que tenía que ser “un poquito perra” y él le aseguraba que sería “la más perra”, sin miedo a que se juzgue su hombría, ni qué podría pensar su público, formado principalmente por chicas jóvenes.
Blas Cantó y otros que hicieron historia
Si imitar a otro artista, emular a alguien que es del sexo contrario y que por tanto tiene diferente tesitura vocal resulta mucho más difícil. Sin embargo, hay concursantes que han sabido aprovechar esa oportunidad para dar lo mejor de sí y hasta escribir parte de la historia del programa. Por ejemplo, Blas Cantó logró algunos de sus mejores shows al imitar a mujeres como Diana Navarro o Cher; de la diva americana cantó ‘Believe’ usando su garganta para hacer los efectos del vocoder original.
Tirando hacia la parodia, también es historia la ‘Loba’ de Arturo Valls (aunque no fuese precisamente femenina), la Chavela Vargas de El Sevilla, Ruth Lorenzo como Marilyn Manson, o Fran Dieli como Imperio Argentina.
Los menos propensos al travestismo
Según la edición, algunos hombres han imitado a varias mujeres durante el concurso, como Blas y Arturo, Brays Efe, Javier de Pecos y tantos otros. Del mismo modo, ha habido ediciones en la que algunos (grandes) concursantes hicieron un único cambio de sexo y pronto, en las primeras entregas, casi para quitárselo de enmedio, como Canco Rodríguez o Edu Soto.
Algunos concursantes solo se han travestido una vez
En ese sentido, podemos recordar a Francisco, concursante del primer año, que solo cambió de sexo para imitar a Rocío Jurado. Ganó la gala gracias a los votos de sus compañeros, pero el jurado no quedó contento con su trabajo. Mónica Naranjo llegó a decirle que solo veía a Francisco disfrazado, unas palabras que no sentaron bien al valenciano y que le hizo retirarle el saludo a la de ‘Desátame’ cuando se la cruzaba por los pasillos.