Si a un espectador de los que se interesan por los programas de corazón le preguntasen que en qué mítico programa trabajaron juntos Chelo García Cortés, Antonio Montero, Gema López, Gustavo González, Chelo García Cortés y María Patiño, la respuesta primera que llegaría a sus labios es DEC, o ¿Dónde estás corazón?, tal como se llamaba en principio.

Sin embargo, esta no sería la única contestación válida, pues también es correcto Sálvame, tal como se pudo ver este viernes. Y es que hubo un momento en el que, como en los viejos tiempos, estos cinco profesionales del periodismo rosa se sentaron uno al lado de los otros, codo a codo, mientras charlaban sobre la vida sentimental de Isa Pantoja. Solo faltaba allí Jaime Cantizano para hacer las funciones de presentador, pero en su lugar estaba el dueño y señor del cortijo de Telecinco, Jorge Javier Vázquez.

Cómo ‘Sálvame’ fagocitó a la competencia

Desde 2003, ¿Dónde estás corazón? fue el emblema de los programas de corazón en prime time. Durante más de seis años pocos rivales podían pisarle el poncho en lo que se refiere a audiencias. Jaime Cantizano, junto a sus colaboradores Chelo, Gema, Antonio, Gustavo y Patiño, hacían un pack perfecto, capaz de exprimir el jugo a cualquier personaje que se sentase en el sillón de invitados.

Daba igual que fuese María del Monte que Bárbara Rey, Mayte Zaldívar que Antonio David, Jaime Ostos que Nuria Bermúdez, allí tenía cabida todo aquel que quisiese contar algo ante las cámaras, y si de paso se dejaba alguna pelea célebre, mejor que mejor.

Ya se hablaba de ‘Grandes Hermanos’ en DEC

Entre los temas que este viernes se trataron en Sálvame se habló y mucho sobre todo lo que sucedía dentro y fuera de la casa de Gran Hermano. Desde Chabelita y sus posibles besos con Asraf a las conversaciones en sueños de Ángel Garó y Míriam Saavedra.

Curiosamente, durante su paso por DEC, el citado quinteto de periodistas ya hablaba sobre el universo de Guadalix. Y es que Antena 3 nunca ha cerrado las puertas a comentar lo que sucede en otras cadenas, ni a dar cabida a los personajes que surgen en la competencia. Una prueba reciente lo tenemos en Tu cara me suena, programa en el que se imitó a Glitch Gyals, dúo que adquirió fama gracias a Factor X.

Y en la época de DEC veíamos a menudo a concursantes de Gran Hermano contando lo más granado de su vida sentimental. María José Galera contó lo duro que había sido la muerte de su hija, Amor Romeira narró la agresión que sufrió en Canarias, e incluso se trató con muchísima dedicación la ruptura sentimental entre Noemí Ungría y Raquel Morillas, con testimonios de una y otra, pero también de sus nuevas parejas, de las antiguas y de cualquiera que supiese algo al respecto.

Diferente forma de trabajar

En DEC, los periodistas solían tener un peso homogéneo, y solo de vez en cuando alguno de ellos tenía un peso especial, convirtiéndose en protagonista de la información. De manera puntual María Patiño se enfrentó a Carmen Pardo por informaciones sobre Jesulín de Ubrique y su familia y Gema López tuvo encontronazos con Nuria Bermúdez, por citar un par de ejemplos.

Sin embargo, Sálvame tiene una dinámica diferente, y ahí hemos visto como cada uno se ha labrado un perfil diferente, casi como un personaje. Chelo es la que habla poco y por ello se convierte en diana habitual de sus compañeros,María Patiño es la colaboradora polivalente capaz de ponerse a presentar el Deluxe si la ocasión lo requiere, y Gema es la periodista que, sin perder las formas, no se calla ni una y pone firme a quien corresponda en un abrir y cerrar de ojos.

Antonio Montero, de momento, no ha encontrado su rol (de ahí que sea un colaborador que va y viene), pero sin duda, el que ha dado un mayor cambio ha sido Gustavo González. Y es que mientras que en DEC estaba protegido y él era el que daba estopa a la vida privada de los demás, en Sálvame vio cómo se le daba la vuelta a la tortilla al descubrirse que mantenía una relación desde hace años con la exactriz porno María Lapiedra. Desde entonces, Gustavo se ha sentado en más de una ocasión en el sillón de invitados para hablar de sus infidelidades y cualquier otro tipo de intimidad. Algo que hubiese sido inimaginable en la época de DEC.