En el último capítulo de Vivir sin permiso, Nemo está cansado de derramamientos de sangre y es consciente de que su final está cerca. Tras meditarlo mucho, se presenta ante Germán Arteaga y le ofrece todo su entramado de negocio ilegal a cambio de seguridad para su familia y para Mario. Arteaga acepta, pero le humilla cruelmente y le pide dinero a cambio de su protección.
Mientras tanto, Arteaga despide a su hijo Daniel y le manda de vuelta a México, diciéndole brutalmente que le desprecia y que nunca estuvo a la altura de sus expectativas. El joven queda dolido y resentido hasta el extremo que Mario se da cuenta y decide aprovechar su deseo de venganza para preparar una emboscada contra Arteaga sin que Nemo lo sepa. Para ello, embarca a Ferro y a Lara en el plan.
Sin embargo, cuando Nemo descubre que están actuando a sus espaldas, monta en cólera y pone en marcha una arriesgadísima estrategia que precipitará los acontecimientos sin remisión, poniendo en peligro todo lo que ha construido.
Para ello, primero busca a la jueza Marina Cambeiro para hacer un trato y segundo le cuenta a Daniel que en realidad el plan de Mario pasa por matar primero a su padre, pero después a él. Esto hace que el mexicano vaya corriendo a avisar a su padre del peligro.
Mientras, para provocar a Germán, Nemo entrega a la policía las pruebas y documentos de sus negocios ilegales y de la red de corrupción que los protegía ya que los ha ido anotando para no olvidar nada a causa de su avanzado Alzheimer
Así, cuando el mexicano recibe una llamada que lo pone al tanto de la situación decide cambiar de ruta y junto a su hijo va al pazo en busca de venganza. Antes de entrar, sin embargo, Germán le pregunta a su hijo quién le dijo a Nemo donde se escondía. Y es en ese momento cuando entiende que Daniel le ha traicionado y decide dispararle.
Nemo está listo para recibir a su enemigo y matarlo. Sin embargo, su enfermedad le juega en contra y comienza a seguir al “fantasma” de Ada, el amor de su vida, hasta el mar.
Cuando el resto de su familia descubre el plan de Nemo regresa al pazo. La primera en llegar es Lara, quien se encuentra cara a cara con Germán, quien se muestra dispuesto a asesinarla. Sin embargo, antes de que pueda apretar el gatillo, aparece un malherido Daniel y dispara contra su padre.
Finalmente, cuando Nemo llega a la orilla del mar y se queda mirando al horizonte, Ferro intenta llevarlo a casa. Sin embargo, al notar que no reacciona, comprende que ha llegado el momento de cumplir su promesa: cuando no recuerde los nombres de sus hijos, deberá acabar con su vida.