Decía Javier Calvo hace dos años al recoger el Premio Feroz a la mejor comedia por La llamada que “si alguien, algún niño, niña o persona me está mirando y tiene miedo, siente que está perdido, si siente que no le van a querer,  que sepa que le van a querer, que va a encontrar su sitio y que va a cumplir su sueño. Yo y él (Javier Ambrossi) vamos a escribirte historias para que tú te sientas inspirado”. 

Y eso es precisamente Veneno, la serie que estrenan este domingo en ATRESPlayer PREMIUM: una bonita oda a las mujeres transexuales y un revulsivo para aquellos jóvenes asustados y confusos debido a la disforia de género que se encuentran viviendo. 

Un revulsivo para aquellos jóvenes asustados y confusos

De hecho, ya desde su comienzo, la ficción marca claro ese objetivo en una primera escena de los más tierna con una pequeña Valeria que mira embelesada y sonriente la primera aparición de Cristina Ortiz ‘La Veneno’ en televisión.

Me siento mujer desde que nací. Lo tenía clarísimo. Lo que pasa es que vivía en un pueblo y no sabía”, se le escucha decir con esa frescura que siempre le caracterizó recordando lo difícil que es la vida para una transexual en un entorno rural. 

A partir de ahí, aciertan Los Javis en contarnos la historia de Cristina a través de la mirada de una adolescente Valeria Vargas, la autora de su biografía, y quien busca la ayuda de la artista -los primeros minutos capítulos se centran precisamente en esa búsqueda por las calles de Valencia- para intentar encontrarse a sí misma. 

De esta manera, el espectador toma conciencia de lo que realmente significó Cristina, una mujer que rompió moldes y ayudó a visibilizar a toda una parte de la sociedad que, hasta ese momento permanecía escondida, gracias a la televisión. Un medio que glorifica y hunde personajes en cuestión de segundos.

Todo ello con unos monólogos y unos discursos bien armados que golpean fuerte el corazón, y que nos muestran a la Cristina más alejada del personaje televisivo, una mujer cariñosa y generosa. ¡Cuánta razón en el paralelismo que se hace entre la vida y el juego de Snake! 

¡Digo! 

Y, cómo no, sin dar de lado ese humor tan característico de La Veneno que queda genialmente reforzado por Paca La Piraña, todo un descubrimiento y uno de los mejores personajes que se dejan ver en este primer episodio, y ofreciendo esos pequeños guiños y cameos televisivos tan propios de Paquita Salas que llevarán al espectador a jugar.

Tampoco podemos obviar el excelente trabajo de Daniela Santiago e Isabel Torres como Veneno -Jedet no sale en este primer episodio-, que tenían ante sí el gran reto de no verse superadas por un personaje tan enérgico e icónico como La Veneno. Y, por supuesto, de Lola Rodríguez, la joven que interpreta a la adolescente Valeria y que ilumina la pantalla en cada escena que aparece.

Después de La llamada y Paquita Salas, siempre había tenido la duda de si el éxito de ambos productos no terminaría por arrollar a Los Javis. Nada más lejos de la realidad. De momento, este capítulo piloto tan redondo les consagra como unos de los mejores fabricantes de emociones. Que así siga siendo.