Animadas y en imagen real, trabajadoras y amas de casa, luchadoras y pasotas, divertidas y mustias, guapas y cardos, buenas y malas, hadas y brujas... Las hay para todos los gustos: son algunas de las cualidades que definen a algunas madres en las series de televisión.
Vilma Picapiedra y Betty Mármol tienen el honor de ser las primeras madres amorosas, que tienen tiempo de mantener limpia la caverna empleando para ello un mini mamut aspiradora, de prepararles a sus mariditos una buena chuleta de brontosaurio, cuidar de los niños y todavía les queda tiempo para hablar de sus cosas, sacar a pasear a Dino e incluso de como convencer a sus “cuchicuchis” para que las lleven a bailar en lugar de quedarse solas en casa, mientras que ellos disfrutan en el club de Los búfalos mojados o jugando en la bolera.
Ellas son las esposas de Pedro y Pablo y las madres de Pebbles y Bam-Bam, los protagonistas de Los Picapiedra, una comedia de situación que marcó el camino del resto de las que siguieron después, como es el caso de Los Supersónicos. En esta serie de Hanna-Barbera – hay quienes la ven como la versión futurista de la anterior- tenemos a Ultra Sónico, la esposa de Súper y la típica ama de casa que hace las compras sin medida en el centro comercial.
Las críticas a la madre disfuncional de Matrimonio con hijos hicieron que la serie mejorara en audiencia
En la introducción veíamos a Súper prestándole un billete, pero Ultra le arrebataba de la mano la billetera en una secuencia que muchos años más tarde se repetiría en los títulos de crédito de Matrimonio con hijos. En esta serie de Fox (estuvo en antena entre 1987 y 1997) la protagonista maternal (si ese es su caso) es Peggy Bundy (papel interpretado por Katey Segal), la madre de una familia disfuncional que vive en Chicago. Entre sus cualidades está ser una impulsiva compradora, frustrada sexual y vaga.
Los creadores de 'Matrimonio con hijo' mandan una cesta en Navidad a la organizadora del boicot contra la serie para agradecérselo
Tanto caló su “ejemplo” como el del resto de la familia, de la que el único que se salvaba era Buck (el perro de la familia), que motivaron que la serie sufriera un boicot por parte de varias asociaciones que no veían esta serie como modelo... empezando por la madre. Este boicot conocido, como "Rakolta", ocurrió en 1989 cuando un ama de casa de Bloomfield Hills (Michigan) llamada Terry Rakolta organizó un cruzada masiva contra el programa luego de ver un episodio de la serie en el que se mostraba unas imágenes que no representaban a las madres americanas.
Gracias a esa polémica la audiencia de la serie subiera. Cuenta una leyenda que Ron Leavitt y Michael G. Moye, dos de los creadores de la serie todavía -y hace años que finalizó la serie- envían por Navidad una cesta a Terry Rakolta junto con una escueta nota en la que dice: ¡¡Gracias!!
Las madres de los 60 y 70
Otra madre de especiales características es el de Lily Monster, la vampiresa matriarca de La familia Monster (1964-1966). Interpretada por Yvonne De Carlo, una de las grandes actrices de Hollywood de los cuarenta y cincuenta, su personaje amaba con locura a su marido Herman (monstruo de Frankenstein) y trataba de que éste se llevara bien con el abuelo (conde Drácula). También se desvivía por su hijito Eddie (hombre lobo), que dormía en un armario de la cocina... Ella, a pesar de sus harapos y murciélagos volando por la mansión, se consideraba una ama de casa media americana.
Por otra parte no podemos olvidarnos de Victoria Barkley, la matriarca de Valle de pasiones (1965-1969), papel interpretado por otro de los mitos de Holywood: Barbara Stanwyck. Una viuda rica, cabeza de familia (tras el asesinato de su marido) de la influyente familia Barkley. Ella, al igual que años más tarde Angela Channing en Falcon Crest, era ama y señora de una inmensa hacienda ubicada en California en los años del salvaje Oeste. En el viejo Oeste también tenemos otra madre coraje, aunque el que siempre se llevaba la peor parte era su marido Charles. Nos referimos a Caroline, la madre de la familia Ingalls en La casa de la Pradera (1974-1983).
Debbie Novotny luchaba por la aceptación de la condición sexual de su hijo en 'Queer as Folk'
Madres coraje... y desesperadas
A lo largo de la historia de la televisión son muchas madres las que han aparecido en las series y no queremos olvidar a las luchadoras, a aquellas que no se quedan en casa y tratan a su manera de ayudar a crear un mundo mejor o al menos intentarlo. Una de ellas es Debbie Novotny (Sharon Gless) en Queer as Folk (2000-2005). Era la madre de Michael y, como la típica mamma italiana, apoyaba a su hijo y a los amigos de éste sin darle la menor importancia a su condición sexual.
La otra es Nora Walker (Sally Field) de Cinco hermanos (2006-2011), una mujer de apariencia frágil pero que, tras la muerte de William Walker, su marido, traía consigo una serie de sucesos que demostraban la enorme fortaleza de esta gran mujer.
Hablar de madres y no recordar a Lynette Scavo (Felicity Huffman) de Mujeres desesperadas (2004-2012) sería un craso error. Madre de familia super númerosa, una mujer que se llevaba a todo por delante por el bien de los suyos. La elegimos a ella de entre las otras cuatro amas de casa protagonistas de la serie, aunque sin olvidarnos de la pelirroja Bree Van de Kamp (Marcia Cross), la perfecta ama de casa, republicana, que no se permitía ni un error, obsesionada con la limpieza, el orden y los buenos modales, pero que sobre todo procuraba controlar las opiniones de los demás y las apariencias.
No queremos olvidar a Ruth Fisher, la matriarca de A dos metros bajo tierra, Alicia Florrick (The Good Wife), Carol Brady (La tribu de los Brady) o Lorelai Gilmore (Las chicas Gilmore). Por último un recordatorio especial para dos madres en series españolas: Lucía Serrano -papel interpretado por Belén Rueda- profesora de Lengua y Literatura y esposa de Diego (Antonio Resines) y madre de familia numerosa en Los Serrano... Murió, pero todo fue un sueño. La otra no es otra que Mercedes Alcántara (Ana Duato), que comenzó Cuéntame con un “S.L” en el DNI y sin poder tener un crédito sin contar con la firma de su marido a ser propietaria de una peluquería, diseñadora, tener una tienda de modas y ahora -tras reconciliarse con su Antonio (Imanol Arias)- es la que lleva la sarten por el mago en la bodega familiar.