El pasado jueves TVE anunciaba que el Consejo de Administración de la Corporación había dado luz verde nada más y nada menos que a cuatro nuevos programas y dos tv movies. ¿Ha tirado la casa por la ventana la televisión pública ahora que se acercan las elecciones? ¿A Montoro ya no le parecen mero entretenimiento las series? ¿De dónde sale tanto dinero?

Pues básicamente de la pérdida de los derechos de la Champions League. Esto ha hecho que los 35 millones de euros destinados a esta competición puedan destinarse a otros asuntos.

De hecho, según consta en los presupuestos de la cadena, en el apartado de entretenimiento se ha pasado de 26,2 millones de euros en 2014 a 33 millones en 2015. Es decir, casi siete millones de euros más.

En lo que respecta a las series se ha incrementado el presupuesto en cuatro millones de euros, pasando de 25 millones de euros en 2014 a los 29,1 millones de 2015. Además, la subida en magazines será de 12,7 millones a 15,8 en 2015.

35 millones de euros más a los que podría habérseles sumado los 39 millones de euros empleados para adquirir 20 partidos de la Selección española para la fase clasificatoria de la Eurocopa 2016 y el Mundial de 2018. Una pena. Imagínense lo que se podría haber hecho.

Motor de la industria

Nuestra televisión pública no debe pelear por derechos deportivos. Para eso ya están Atresmedia y Mediaset España. Las televisiones públicas deben dedicarse a la producción, a ser motor de nuestra industria audiovisual.

Por ello, el hecho de que TVE haya decidido apostar por nuevos programas y series ha sido motivo de alegría en el sector. Ese es el camino que deben seguir los gestores de la televisión pública.

Pero no deben dormirse. Ahora falta que empiecen a arriesgar. A testar más programas como Alaska y Segura u Órbita Laika. A probar no sólo series de época sino ficciones que reflejen nuestra realidad.

Una de las misiones de la ficción es mostrar la realidad, nuestra realidad, dar fe de lo que ocurrió en una época, servir de memoria histórica colectiva. Las  series han ido demostrando a lo largo del tiempo el cambio social del país, han retratado lo que hemos sido, han reflejado el espíritu de una época. Y TVE, en su vocación de servicio público, tiene que velar por ello. 

De lo contrario nos tocará pensar que, efectivamente, esta nueva estrategia de los gestores de TVE tienen simplemente como objetivo intentar mejorar la audiencia de cara a las próximas elecciones.