Cristina Pedroche en una promo de 'Pekín Express'

Cristina Pedroche en una promo de 'Pekín Express'

Televisión

El valor de una promo: Del acierto de 'Pekín Express' a la sinceridad de 'Supervivientes'

30 marzo, 2020 07:36

Desde que Antena 3 anunció que devolvería a la vida al difunto Pekín Express fuimos muchos los que nos echamos a temblar. Hablo en primera persona porque me vinieron a la mente La vuelta al mundo en directo y Expedición imposible, por lo que incluso me atreví a pedir por Twitter que no estropeasen un programa que había disfrutado como un auténtico enano durante cuatro ediciones.

Ahora, semanas más tarde y con el programa a punto de desembarcar en nuestras pantallas estoy sorprendentemente tranquilo. Siento que Pekín Express va a ser un buen road show, creo que la aventura no va a perder su hueco en favor del morbo e incluso he llegado a convencerme de que Cristina Pedroche puede estar a la altura de Raquel Sánchez Silva y Paula Vázquez (trato de olvidar que no fueron ellas quienes presentaron la edición de África),

El efecto positivo de las promos

¿Cómo es posible que haya cambiado tanto mi parecer en cuestión de días? Muy sencillo, gracias a las promos del programa. Antena 3 se ha decantado por unos anuncios sencillos que se centran en avisarnos de las vivencias que estamos a punto de ver. Rostro de los concursantes, se explica con una frase la relación que existe entre ellos y se afirma que van a vivir una experiencia que cambiará sus vidas; todo ello decorado con paisajes de ensueño, una música épica y algún que otro grito de emoción. En una palabra: sublime.

Las promos de 'Pekín Express' están consiguiendo que los fans de este género estén esperanzados

Cuando empiece a emitirse el concurso llegará la desilusión o la constatación de que Atresmedia ha aprendido a jugar sus cartas en el género de los reality show, pero mientras tanto me han convencido: venden aventura, que es la esencia de Pekín Express.

Las promos de Supervivientes también se salvamizan

Quizá no creáis en el valor de una buena promoción para vender marca, pero sin duda alguna son vitales. El mejor ejemplo es la actual edición de Supervivientes, que de momento no ha engañado a nadie, ya que los que hemos decidido verlo sabíamos cómo se iba a afrontar esta edición. Este año no se han visto prácticamente imágenes de la isla hasta el momento del desembarco, no se han escuchado melodías épicas ni cantos aborígenes y ni siquiera se ha hecho alusión a las duras condiciones de vida que esperaban a los concursantes, sino que ellos han sido los únicos protagonistas.

Los anuncios presentaban a los participantes uno a uno. Chabelita explicaba que su madre se había sorprendido al descubrir que iba a participar en el juego, Noel aseguraba que el amor tenía que ser repartido e Isabel Rábago ya anunciaba que, como periodista que es, no iba a poder evitar hacer preguntas personales a sus compañeros. Si algo quedó claro en las promos de Telecinco es que las playas hondureñas tendrían la misma importancia que el salón de la casa de Gran Hermano VIP o la casona de Acorralados: ninguna.

Un programa empieza mucho antes de que se dé el pistoletazo de salida. Los amantes de la aventura se subirán al carro de Pekín Express, pero dejarán de lado Supervivientes, mientras que los fans del universo Sálvame no se perderán ningún día a Lara Álvarez, pero no le darán ninguna oportunidad a Cristina Pedroche.

Es muy probable que se produzca el efecto iceberg, y aquello que esperamos del programa no sea nada más que su punta. A la hora de la verdad la aventura ha hecho acto de presencia en Supervivientes y seguramente en Pekín Express se produzcan situaciones que podrían ser desgranadas en El programa de Ana Rosa. El problema es que quizá ya sea tarde, y una parte del público ha dicho no al menú antes de conocer todos los platos que lo componen.

'Expedición imposible', una evolución a la que no se subieron los amantes del género

Un ejemplo de ello es Expedición imposible. Quienes dieron la oportunidad al programa recordarán que evolucionó de forma notable, pasando de un formato descafeinado que daba demasiada importancia a conflictos de clase B y excesivo peso a personajes del corazón como Raquel Mosquera y Leticia Sabater, a una auténtica lucha encarnizada por la victoria. Fue un buen concurso de aventuras, pero muchos amantes del género no se subieron al carro, puesto que nos lo vendieron como el enésimo proyecto con famosos.

Situación contraria se vivió con Libertad vigilada. Antena 3 echó el resto en su campaña de promoción, el reality de jóvenes que vivían el verano de sus vidas mientras los padres les controlaban en la sombra se vendió como la quinta esencia del desenfreno, con una orgía en la que el alcohol era protagonista como gran aliciente. Fue tanta la expectación que se levantó con los anuncios que la noche de estreno se registró una gran audiencia, aunque finalmente fue un fracaso. El problema fue que nos vendieron lo que no era, ya que los concursantes eran más recatados que el coro de una iglesia.

Una promoción acertada atraerá al público, de eso no hay duda, pero la misión más complicada será que se mantengan a tu lado. De momento Pekín Express ha convencido al destilar aventura por los cuatro costados, por lo que compro lo que me ofrecen y daré una oportunidad al programa, pero no perdonaré que me den gato por liebre.