Son las 7:00 de la mañana y suena el despertador. Intento apagarlo sin éxito mientras me arrepiento de haberme quedado otra vez despierto hasta altas horas de la madrugada viendo el reality show que en ese momento ocupa la parrilla de Telecinco. Si hago memoria recuerdo el nombre de un expulsado y el de un nuevo grupo de nominados, en caso de haber tenido una buena gala también puedo recordar una buena ración de enfrentamientos y algún amorío, pero nada que no hubiesen podido contarme en la mitad del tiempo. ¿Entonces?, ¿por qué demonios me acosté a las 2:30 de la mañana?

La respuesta es la que todos conocemos, el programa ha vuelto a alargar su duración de forma artificial, recurriendo a contenidos de plató que no afectan a la vida de los concursantes. Los seres queridos de los participantes opinan sobre lo que está ocurriendo en el concurso, se enfrentan entre ellos, piden perdón por la actitud de su defendido o tratan de que la audiencia no expulse a familiar.

Pienso en ello y me sorprendo al darme cuenta que, pese a haber pasado 15 años desde que la telerrealidad invadió nuestros televisores, todavía hay defensores en plató que no son conscientes de la importancia de su labor. Y es mucha, ya que a día de hoy los concursos se ganan con una combinación de dos factores: qué ocurre en el encierro y qué sucede en los platós.

Mediaset ha relegado los resúmenes diarios a Divinity, pero Telecinco sigue desgranando el día a día del reality show en otros formatos como Sálvame o El programa de Ana Rosa. En esos programas suelen invitar a los defensores, y esto puede cambiar la suerte del concursante. Un jugador soso obtendrá mucha visibilidad si su familiar logra llamar la atención en las galas y en estos platós; por otro lado, un buen concursante puede verse perjudicado si su defensor no juega bien sus cartas.

María Luisa, más personaje en Supervivientes 2015 que Christopher

Me centro en Supervivientes 2015 y rápidamente encuentro ejemplos de esto que digo. Christopher comenzó la aventura pasando desapercibido, podían pasar las galas y que no se hubiese hablado ni una palabra sobre él, pero ahí estaba su madre para cambiar el rumbo de su juego: María Luisa es un personaje en sí mismo, lo que provoca que todas las semanas Jorge Javier hable con ella, recordándonos a todos que su hijo está en el concurso, de este modo ha ganado tiempo para que él se haga un hueco en la edición.

Es cierto que, en este caso, la madre es más famosa que el propio concursante, pero la novia de Rubén tiene más minutos de pantalla que el propio Míster, y la presencia en plató de la madre de Nacho Vidal o la hermana de Suhaila es altísima, y todas ellas son anónimas.

Mientras tanto, Lola languidece en un rincón de la isla sin que nadie sepa la identidad de su defensor. El hermano de Rafi Camino ha protagonizado la peor conversación con un concursante de la historia de programa y Pilar Yuste ha pasado más tiempo defendiendo a terceras personas (como a Isabel Rábago) que a Elisa de Panicis, aunque acude a las galas como su representante.

La actitud que presentes ante el comportamiento de tu defendido es vital para hacer un buen papel

Diciendo esto podía parecer que la labor de un defensor es conseguir que la cámara se centre en él, pero nada más lejos de la realidad. La actitud que presentes ante el comportamiento de tu defendido es vital para hacer un buen papel. Sin ir más lejos, acabo de nombrar a la madre de Nacho Vidal como un ejemplo de visibilidad, pero su incapacidad para reconocer los errores del actor porno (que comparte con el resto de sus familiares) puede pasarle factura al superviviente.

Mariví se presentó en todos los platós con una educación sublime para defender a Belén Esteban

Un ejemplo clarísimo de la diferencia a la hora de hacer las cosas en un plató de televisión lo tenemos con las amigas de Belén Esteban durante Gran hermano VIP: Mariví se presentó en todos los platós con una educación sublime; no perdió los nervios, no critico de forma injusta a sus rivales, no cayó en el insulto y se mostraba visiblemente emocionada cuando la tensión podía con ella; fue capaz de afear las actitudes de su amiga que no le gustaban (aunque mostró empatía a la hora de buscar lógica en sus actos) mientras alababa sus mejores momentos, y no se le cayeron los anillos a la hora de hacer lo mismo con otros concursantes, fuesen aliados o enemigos de Belén.

Sin embargo, Tina no era tan calmada, ella defendió a su amiga de un modo muy distinto; es una persona más beligerante, y así lo demostró. Ella no era tan crítica con su amiga y defendía lo indefendible, del mismo modo, hizo suyo el dicho de que no hay mejor defensa que un buen ataque y se enfrentó frontalmente con familiares y ex concursantes.

Dicho todo esto, reconozco que eliminaría el plató de los reality shows. Puede ser una decisión drástica, pero el peso de las tramas debe recaer sobre los concursantes, no sobre todo aquello que les espera a su regreso a España. Quizá, de ese modo, en próximas ediciones Lucía no se quedaría en el palafito en contra de su voluntad, mientras Elisa vuelve a España entre lágrimas (igual que ocurrió con Noel e Isabel Rábago).

Aunque no opten a ningún premio, ellos también forman parte del concurso y deben esforzarse al 100%

Ahora bien, si tengo que ser testigo de los enfrentamientos de familiares y amigos en un plató, pido que sean conscientes de algo muy importante: aunque no opten a ningún premio, ellos también forman parte del concurso y deben esforzarse al 100% por llevar a su defendido hasta la victoria del programa (o al menos no perjudicarle en ese objetivo) del modo que ellos elijan.

De hacerlo así algunos podrán dar el salto y convertirse en los futuros protagonistas, como ocurrió con Encarni, madre de Patricia de GH3 y concursante de Hotel Glam; Ángel, padre de Pepe de GH7 y concursante de Supervivientes; Mari Carmen, madre de Aída Nizar y concursante de Acorralados; o Anabel Pantoja, que se estrenó en televisión defendiendo a Kiko Rivera y acabó concursando ella misma en la siguiente edición de Supervivientes.