Hay una frase que se ha repetido de forma constante durante los últimos años en los que la información (mayormente política) se ha instalado en la televisión de forma permanente: las televisiones privadas no deberían hacerle el trabajo a la pública. Pues parece que se ha abierto una ventana en la que TVE hace lo que tendría que hacer sin trabas ni corsés: Teleobjetivo.

La 1 estrenó este lunes por la noche un nuevo programa de investigación que recupera una mítica marca que ya existió en la pública en los años 80 y vivió una segunda vida en 2006. Ahora regresa con un aspecto renovado que bebe mucho de Equipo de investigación. Y ha llegado con la lección aprendida. 

El programa seduce con un buen montaje y con buenas historias con una narrativa atractiva. Ahora no nos podemos quejar con Teleobjetivo, ya que es todo lo que siempre le hemos pedido a TVE y lleva sin darnos muchos años. 

¿O sí nos podemos quejar? Tal vez es que TVE ya se tiene miedo a sí misma y no se cree que puede hacer buen periodismo en horarios, que si no son de máxima de audiencia, sí que son accesibles para la mayoría de los humanos. Y es que pocos son capaces de aguantar hasta las 2 de la mañana, hora a la que terminó el segundo reportaje.

Teleobjetivo se merece un mejor horario, pero no vamos a pedirle higos a la higuera cuando sólo produce brevas. El programa no hará grandes datos de audiencia, ni debería luchar por tenerlas pero tampoco negarse a conseguirlas. 

Bien promocionado y posicionado, programas como Teleobjetivo podrían darle a TVE una segunda oportunidad de cara a la audiencia. Esa audiencia desencantada a la que ya le da igual lo que les ofrezcan desde la televisión pública porque se sienten totalmente desconectados. Teleobjetivo podría ser el cable que nos vuelva a enchufar a TVE. Pero sólo si se lo creen ellos mismos. 

Tal vez si Teleobjetivo se hubiese emitido en laSexta ya hubiese conseguido numerosas alabanzas en las redes sociales, se hubiese convertido en trending topic y al día siguiente sería la comidilla de muchos. Pero se emite en TVE. Por eso hay que defender todavía más una producción que se proclama como el rarito de la clase. Un rarito que bien podría convertirse en el cisne del cuento de nunca acabar.