'Cuatro al día' (Mediaset)

'Cuatro al día' (Mediaset)

Televisión

La derechización de Cuatro, ¿el último cartucho para salvar el canal?

El antiguo canal de PRISA ha pasado de ser una cadena progresista a ser altavoz de la extrema derecha

10 mayo, 2020 13:11

18 de mayo de 2018. Mediaset España decide cancelar Las mañanas de Cuatro aprovechando la llegada del Mundial de Rusia a su parrilla y, a pesar de que el debate político acababa de registrar su segundo máximo histórico con un 12,3% y 670.000 espectadores.

Entre las razones, las mismas esgrimidas que cuando el cese de Jesús Cintora: “el objetivo de informar, que no formar, a los espectadores a través de un pluralismo con el que dar voz a absolutamente a todas las opiniones políticas y con unos presentadores que traten la información de manera objetiva”. 

Cuatro se ha convertido en el principal altavoz de analistas de extrema derecha

Sólo unos días después, el grupo se llevaba la política a Telecinco con el estreno de Ya es mediodía bajo la producción de Unicorn Content, la misma productora que El programa de Ana Rosa. 

15 de febrero de 2019. Mediaset España echa el cierre a Noticias Cuatro y en su lugar apuesta por Cuatro al día, también bajo la producción de Unicorn Content, la productora del magacín de Ana Rosa. "Debemos evolucionar al ritmo que marcan los intereses de nuestro público", se justificaba su consejero delegado, Paolo Vasile.

En cuestión de días, el antiguo canal de PRISA pasaba de ser el azote de la extrema derecha con Javier Ruiz desmontando uno por uno sus bulos, a convertirse en el principal altavoz de sus defensores sentando en la mesa de Cuatro al día a polemistas como Cristina Seguí y Carlos Cuesta.

A ellos se les ha unido también en los últimos tiempos Javier Negre, el polemista doblemente condenado que no ha escondido sus simpatías por VOX y que sólo ha encontrado hueco en televisión en programas producidos por Unicorn. Y todo ello a pesar de que el aspirante a youtuber ha amenazado con demandar a otro rostro de la cadena, Risto Mejide, y a La Fábrica de la tele.

Polemistas todos ellos que, al igual que Eduardo Inda, no dudan en atacar a su 'oponente' en la mesa incluso con insultos para intentar desacreditarle, y así embarrar el debate para que no se hable de determinados temas perjudiciales para la derecha y la derecha extrema. Todo ello, además, macerado con discursos simples llenos de bulos y mentiras.

Desde Cuatro al día se podría haber optado por la moderación con periodistas de ideología conservadora menos polémicos. Sin embargo, priorizando antes el espectáculo que la rigurosidad o el debate sosegado, ha optado por este tipo de perfiles más extremistas dando así voz a auténticas "gilipolleces", como así lo definía Jorge Javier Vázquez en Sálvame. De esta forma se ha convertido en una alternativa a Más vale tarde, con tintes más progresistas.

El problema radica cuando son los propios colaboradores del programa, como Javier Ruiz, los que desmontan con datos y argumentos el discurso de polemistas como Negre, restando así credibilidad no sólo al colaborador sino al propio programa por dejarse colar todo tipo de mentiras.

La canibalización con Telecinco

No obstante, lo más sorprendente de esta ‘derechización’ de Cuatro ha sido el sorprendente volantazo ideológico de Todo es mentira. Y es que, en cuestión de días, el programa de Risto Mejide pasaba de “no meter el dedo en el ojo del capitán” a ser azote del Gobierno.

El mejor ejemplo lo teníamos la semana pasada. En otro tiempo, unas declaraciones como las de Isabel Díaz Ayuso sobre los menús de Telepizza hubieran tenido hueco en el programa. Es más, siendo fieles a su espíritu, hubiesen contado con testimonios de nutricionistas para hacer ver la locura de sus palabras.

Sin embargo, al igual que sucedió en El Programa de Ana Rosa, Ya es mediodía o Informativos Telecincono se encontró tiempo para tratar este asunto que tanto había dado que hablar en los medios y redes sociales e incluso la propia Marta Flich había compartido el tema en Twitter.

Esta semana, no obstante, el programa ha vuelto a atizar a Ayuso por el irresponsable acto de cierre de IFEMA o su decisión de solicitar el pase de la Comunidad de Madrid a la Fase 1 aunque las autoridades sanitarias no lo recomendaran. Sin embargo, la sensación generalizada en redes sociales es que TEM se ha transformado para contentar a la derecha o, al menos, no parecer tan de izquierdas.

La estrategia por parte de Mediaset España parece clara. Si laSexta atrapa al espectador progresista, Cuatro tiene que intentar seducir al votante más conservador. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre en Atresmedia, donde una cadena está enfocada a la derecha (Antena 3) y otra a la izquierda (laSexta), en Mediaset España también Telecinco está más cercana a la derecha con Ana Rosa Quintana y Bertín Osborne como adalides. De ahí que ambas cadenas se canibalicen. 

Lo más sorprendente es que el consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile, siempre se ha mostrado contrario a las televisiones 'politizadas'. "El nuestro es un grupo que, como hemos declarado millones de veces, vemos la política como el conocimiento de la oferta. No somos una televisión de propaganda o de manipulación. Nuestra televisión no tiene como objetivo cambiar al seretario de un partido", explicaba a BLUPER hace unos años. 

"Tenemos una idea muy clara: lo que queremos es que cuando los electores se levanten y voten se equivoquen por su cuenta, no porque nosotros les hayamos manipulado o les hayamos convencido. El hecho de no hacer hincapié en política es porque, más allá de un límite, sabemos que se entra en la propaganda, que es la manipulación del cerebro", añadía.

Sin embargo, parece que el grupo es objetivo de la simpatía del presidente de VOX, Santiago Abascal, quién ha defendido a Mediaset España durante las últimas semanas. "Al Gobierno sólo le interesa controlar a las televisiones regándoles con subvenciones, como ha intentado hacer con las grandes televisiones de España. Por suerte, Mediaset se ha desmarcado de las ayudas del Gobierno".

*Cuatro al día obtuvo ayer su mejor registro en cuota de pantalla con un 7,3% y 881.000 espectadores. Quedó lejos, no obstante, de Más vale tarde, que se disparó a un 11,5% y 1.367.000 espectadores.