En 2018, Netflix fichaba en exclusiva a Alex Pina, uno de los grandes nombres de la ficción española, con éxitos como Los hombres de Paco, El Barco, Vis a Vis o La casa de papel. Precisamente ese acuerdo llegaba con nuevas temporadas para la serie de los atracadores y con algunos nuevos proyectos como White Lines, la nueva serie que se estrena este mismo viernes 15 de mayo en la plataforma.
White Lines es una coproducción ingles-española, que cuenta con los productores de la aclamada The Crown, y que narra la investigación que emprende una mujer (Laura Haddock) cuando su hermano, un legendario DJ de Manchester, aparece muerto 20 años después de haber desaparecido en Ibiza. Su búsqueda la arrastrará a un mundo de discotecas y mentiras que le obligará a enfrentarse a su propio lado oscuro en un lugar donde la gente vive al límite.
'White Lines' no sabe exactamente que quiere contar
Naturalmente, que estuviera escrita y dirigida por uno de los artífices de La casa de papel, uno de los títulos más importantes de la ficción a nivel mundial en la actualidad, ya regalaba a este White Lines cierto nivel de expectativas.
Sin embargo, la plataforma la ha estrenado casi de tapadillo, sin ningún tipo de promoción. A partir de hoy White Lines engrosará el catálogo de Netflix, pero probablemente poca gente se enterará de su existencia. Todo esto hacer presagiar que quizás estemos ante un producto algo fallido.
Y lo cierto es que esta nueva serie dista bastante de ser un nuevo "bombazo" similar a La casa de papel. Al contrario que la serie de los atracadores, con una historia muy concreta y bien dibujada, White Lines no parece que sepa exactamente qué quiere contar. Un típico caso de abarcar mucho, pero apretar poco.
¿Es un whodunnit, un culebrón familiar, una serie adolescente en sus flashbacks, una serie de narcos? El primer capítulo lanza demasiadas tramas, presenta demasiado personajes, y aunque se va estabilizando con el paso de los capitulos, parecen varias series diferentes en una.
El misterio sobre el asesinato es suficientemente interesante como para continuar viéndola, pero el hecho de que haya tramas alrededor que no aportan absolutamente nada, con ciertas escenas realmente ridículas, de esas de llevarse las manos a la cara, sacan continuamente al espectador de la historia.
Al ser una coproducción entre Reino Unido y España, la serie tiene un reparto con caras de ambos países. De esta formas, tenemos momentos con díalogos en inglés, otros con diálogos en español, otros con los personajes españoles intentando hablar inglés y viceversa. Y si bien no está tan mal llevado como en otros casos similares, hace pensar que si se hubiera ubicado en un solo país, la serie sería mejor.
'White Lines' es una pequeña decepción que prometía mucho más
No todo es negativo, por supuesto. Algo que también se mantiene de series como La casa de papel o Vis a vis, aunque con muchas menos personalidad, es ese intento por crear imágenes impactantes con escenas muy vistosas, elevando un guión que se pierde por momentos. White Lines, muestra un Ibiza desenfrenado, con fiestas, orgías privadas, alcohol y drogas que es bastante llamativo.
Además, ciertos nombres del reparto como Juan Diego Botto, Pedro Casablanc o Belén López, del elenco español, elevan la serie cuando aparecen en pantalla. En cuanto a su factura técnica, no hay sorpresas, la serie tiene una calidad sobresaliente.
Aventurarse a pronosticar si será un éxito o no es complicado. Quizás muchos espectadores queden atrapados por esta historia llena de misterio, fiestas, sexo y drogas, pero no deja de ser una pequeña decepción para un proyecto que prometía mucho más con los nombres que hay detrás de ella.