En poco más de dos meses, Rosa María Mateo cumplirá dos años al frente de la Corporación de RadioTelevisión Española como Administradora Única Provisional. La periodista llegó para un mandato de pocos meses, pero ya suma veintidós meses en el cargo y no hay previsión de que sea sucedida a corto e incluso medio plazo.
En el verano del 2018 veníamos de una época algo convulsa en TVE, con una dirección muy criticada, y con el nombramiento de la veterana periodista vimos que podía empezar una nueva etapa en la cadena pública: ‘‘Vamos a perseguir un sueño’’, aseguró en su toma de posesión en el Congreso, haciéndonos creer que podía cambiar el rumbo que llevaba la cadena pública y que, de alguna manera, empezaba una nueva y prometedora etapa en el ente público.
No hay una foto de familia reconocible como la que pueden tener las privadas
La periodista se rodeó de grandes nombres y renovó casi al completo el equipo directivo. Parecía que venía pisando fuerte. Sin embargo, todo se quedó en un simple espejismo. Y es que, TVE necesita un proyecto de estabilidad a largo plazo y tamaña tarea no se puede llevar a cabo por una dirección provisional. Urge una renovación de la dirección del ente.
El principal problema de la cadena pública es que no crea imagen de marca, salvo en contadas excepciones. Por ejemplo, Telecinco cuenta con una imagen de marca muy reconocible, no hay más que fijarse en su foto de familia: Ana Rosa Quintana, Jorge Javier Vázquez, Jordi González, Sandra Barneda...Lo mismo sucede con Antena 3: Susana Griso, Arturo Valls, Juanra Bonet, Cristina Pedroche, entre otros.
¿Y TVE? Anne Igartiburu, quizá Raquel Sánchez Silva y para de contar. No hay una foto de familia reconocible como la que pueden tener las privadas. Y es una lástima ya que TVE ha sido la testigo del estreno en televisión de muchos de los rostros que ahora predominan en las privadas.
En estas últimas semanas, además, la pública ha dado a conocer que apartaba a la periodista María Casado de La mañana y cancelaba A partir de hoy, programa conducido por Máximo Huerta. Que TVE haya prescindido de dos rostros como Casado y Huerta, dos profesionales de reconocido prestigio, dice mucho de cómo la pública parece dar bandazos y todavía no parece definir su identidad.
Dejar escapar también a Roberto Leal y Eva González, que eran dos caras muy reconocibles de la casa, también fue un fallo de TVE. Y es que persisten en el mismo problema de no saber crear ninguna marca. Es cierto que puede resultar inviable retener a cualquier presentador, pero son tan pocos en TVE, que se nota cuándo alguien se va.
No ocurre lo mismo con Telecinco. Cuando Mercedes Milá decidió dejar la cadena de Fuencarral, su ausencia fue notoria. Sin embargo fue suplida entre otros rostros de la cadena por lo que, al fin y al cabo, la ausencia resultó más leve.
Nula innovación
En términos de contenidos, también TVE parece estar a la cola. Ha pasado de innovar y estar a la vanguardia, a apostar por formatos poco innovadores y con premisas muy básicas. Es decir, prefieren apostar a lo sobre seguro y eso el público lo percibe. Ya va siendo hora de apostar por nuevos formatos más arriesgados y más novedosos, nuevos géneros e incluso apostar por nuevos creadores. Como ente público, TVE debería ser puntera en este sentido y ya dejo de serlo hace mucho, salvo en muy contadas excepciones.
Como ente público, TVE debería estar a la vanguardia
Rosa María Mateo afeó al género de los realities cuando afirmó que, mientras ella sea la responsable de RTVE, no se tocaría este género en la casa. Fue realmente insultante que la responsables de una televisión despreciara el género ya que, tal y como afirmó el pícaro de Jorge Javier Vázquez en una gala de GH VIP: ‘‘Si te dedicas a la televisión y desprecias el género, ¿quién eres? No eres nadie’’. Eso por no decir que, hacer una parrilla exageradamente blanca, crea una percepción en el espectador de que está viendo una televisión anticuada.
La media de edad
Que la media de edad de TVE sea de más de 50 años también debe ser una señal evidente de que algo hay que cambiar. ¿No iría siendo hora de incorporar a nuevos trabajadores más jóvenes mediante las oposiciones que llevan casi quince años congeladas? Estos nuevos trabajadores y, los que ya están, podrían crear una perfecta simbiosis, en la que se mezclaría la forma de hacer televisión de antes con la que lierará la del futuro.
Este proyecto renovador no será posible hasta que exista un sucesor de Rosa María Mateo, quién ha liderado cómo buenamente ha podido el barco que representa RTVE tras un equipo que le precedió que tampoco supo mantener a flote el proyecto.
Dejará tras sí una TVE en mínimos históricos de audiencia, sin una identidad corporativa clara y sin poner las bases de un proyecto de futuro para una televisión que cambia de manera vertiginosa día tras día. Una nueva TVE es posible. Tan sólo necesita de un trabajo de fondo para ello y resolver de forma urgente la renovación de la dirección del Ente.