El pasado lunes, con la intención de competir con el estreno de Pasapalabra en Antena 3, Sálvame se inventó una sección en la Kiko Hernández destapaba algunos de los escándalos, aún desconocidos, más polémicos de los últimos años.
Una de las bombas que escondía el colaborador en uno de sus sobres era el polígrafo secreto al que se sometió Lydia Lozano en 2005 respecto al caso de Ylenia Carrisi, la hija de Romina y Al Bano, desaparecida en 1994.
Fue entonces cuando Lozano cogió su bolso y abandonó el plató mientras amenazaba al programa con su abandono definitivo si mencionaban el tema o publicaban el polígrafo. “Se blindaron las puertas, se firmó que no se podía hablar ¡Eso fue lo que firmé! Me voy a mi casa y no vuelvo”, exclamaba.
Finalmente, Sálvame no emitió el polígrafo secreto de la colaboradora debido al contrato de confidencialidad que firmó, y a que el caso de Ylenia Carrisi le trajo muchos problemas, tanto profesionales, personales, como judiciales.
Según el programa, se trata de una grabación de seis horas en la que el poligrafista Amável Sanches le formuló todo tipo de preguntas. A pesar de tanto revuelo y secretismo, es probable que los resultados que esconde ese polígrafo puedan dar lugar a dudas.
Y es que, en 2006, la European Polygraph Association (EPA) emprendió una batalla legal contra la compañía que puso en marcha este polígrafo para A tu lado, ya que ni su empresa, B.E.A.R. Forensics, ni Sanches, su responsable en Europa, aparecían inscritos en los registros de las distintas asociaciones profesionales internacionales, ni estaban acreditados como expertos para llevar a cabo esta práctica profesional forense de evaluación de testimonios.
Fue por ello por lo que el entonces presidente de la EPA, Víctor Porta, aseguró que el trabajo que desempeñaba el portugués podía ser calificado como "intrusismo profesional". Además de atentar "contra las leyes de Competencia Desleal, General de Publicidad, y de derechos de los consumidores y usuarios".
A pesar de que no aparece en ninguno de los registros de las distintas asociaciones internacionales, Sanches aseguró que tenía títulos que le avalaban como profesional capacitado para manejar el polígrafo, aunque no disponía de pruebas para demostrarlo.