La tele del futuro ya es una realidad. En apenas unas semanas, la crisis del coronavirus ha acelerado la transformación del sector audiovisual y nos ha hecho saltar varios años en el tiempo para, como ya nos enseñó la ahora no tan distópica Years and years, mostrarnos la nueva realidad televisiva.
En aquella ficción se nos mostraba que, a pesar de la fuerte irrupción de las plataformas de pago, el consumo de la televisión en abierto seguiría siendo de vital importancia. Eso sí, según se apreciaba a lo largo de sus seis episodios que llegan hasta el año 2030, el contenido que más se seguiría consumiendo a través de este tipo de televisión será el informativo o de debate político.
Hace años comprendimos que comenzaba el cambio y quisimos adelantarnos
Y así ha sido. Durante las semanas que ha durado el confinamiento, el consumo televisivo de las grandes cadenas se ha disparado hasta registros de récord, con los programas informativos como catalizadores de esta fuerte subida.
Sin embargo, a su vez, el consumo de las plataformas de streaming, así como las nuevas altas a este tipo de servicios, también se han multiplicado. A nivel mundial, por ejemplo, Netflix ganó 16 millones de suscripciones. Mientras, en España, Atresplayer ha doblado sus abonados hasta superar los 300.000 abonados.
Señales que han ido haciendo ver a los televisiones la importancia de ir trabajando activamente en la diversificación de su negocio y buscando nuevas vías de ingresos para su contenido en segundas y terceras vías de exhibición.
Algo que parece que han tenido claro en Atresmedia desde hace ya algunos años. “Hace años comprendimos que comenzaba el cambio y quisimos adelantarnos. Entendimos que era hora de que las series españolas salieran de la pantalla de salón de casa para viajar por todo el mundo; que era hora de encontrar nuevas fórmulas para alargar y extender la vida económica de una serie. Por todo ello es tan importante el prestigio que rodea a nuestras series”, declaraba el director general del grupo, Javier Bardají, tras ganar el Emmy Internacional a Mejor Drama por La Casa de Papel.
El contenido de producción propia, el centro del negocio
De ahí que no sea de extrañar que el directivo haya sido el artífice de una gran estrategia cuyo objetivo haya sido convertir el contenido exclusivo de producción propia en el centro del negocio del grupo, sin importar cuál sea su canal de distribución.
Prueba de ello son el propio ATRESplayer PREMIUM y Atresmedia Studios, la compañía que crea y diseña contenido de ficción exclusivo para nuevos operadores del mercado y las nuevas plataformas de distribución y exhibición, tanto a nivel nacional como internacional.
En el caso del primero, como ya decimos, la OTT ha doblado su número de abonados durante las últimas semanas gracias a su contenido propio como Veneno, La Valla, Mentiras, El Nudo, #Luimelia, o próximamente Benidorm, el documental Pongamos que hablo de Sabina, que estrena hoy, o el consultorio Paca La Piraña, ¿dígame?
En lo que respecta al ‘Studio’, en apenas dos años y medio de vida, ya cuenta con más de una decena de proyectos a sus espaldas. Series como El Embarcadero, La templanza, El Internado: Las cumbres, Pequeñas coincidencias, Veneno o Mentiras; documentales como Futbolistas por el mundo o Fernando Torres: El último símbolo; o programas como Pasapalabra, Auténticos, Road Trip o Top Photo.
Los resultados, de momento, ratifican esta estrategia. Y es que, según los datos públicos de los resultados del grupo en 2019, Atresmedia incrementó sus ingresos respecto al año anterior en concepto de Producción y distribución de Contenidos de ficción, programas y películas en un 65,9% hasta los 96,4 millones de euros.