Poco después de que la cárcel de Cruz del Norte / Cruz del Sur de Vis a vis cerrase sus puertas, los fans de la serie, la conocida como marea amarilla, se llevaba una grata sorpresa: habría una temporada más, centrada en Macarena (Maggie Civantos) y Zulema (Nawja Nimri). Solo que esta vez estarían libres, y las veríamos trabajar codo a codo en su nueva banda de atracadoras.
La premisa resultaba prometedora. Más tarde conocimos que el proyecto se llamaría Vis a vis: El Oasis, y que estaría centrado en un motel de carretera en el que se refugiarían tras un golpe que cambiaría sus vidas para siempre.
Parece que la magia de la cárcel se ha diluido al tener a las presas en libertad
El Oasis abrió sus puertas hace unas semanas, sin embargo, sus aventuras no han generado grandes aplausos, sino más bien al contrario. Hay una sensación de extrañeza, hay algo falla. Como si la magia que había en la cárcel se hubiese perdido una vez las presas han conocido la libertad.
¿Qué ha fallado en ‘Vis a vis: El Oasis’?
Las razones por las que Vis a vis: El Oasis no ha calado en la audiencia son muchas. Para empezar, como ya analizamos, esto no es Vis a vis: es una nueva serie, que perfectamente podría funcionar con otro nombre y con los personajes llamándose de otra forma.
Sin embargo, han rescatado a Macarena y a Zulema, así como a otras presas como Goya (Itziar Castro). ¿Qué ocurre? Que los personajes parecen que no son los mismos que conocíamos. La dura Goya ahora ha encontrado el amor y es tierna y protectora (a su manera). Zulema ha perdido la cabeza de una forma extraña (que más tarde se justifica), y Macarena está en tierra de nadie: ni es la mosquita muerta del primer capítulo de la serie, ni la cabrona que dejó inconsciente a un enfermero con sus piernas, justo después de salir del coma.
Los personajes parecen otros diferentes a los que ya conocíamos
Sabíamos que Maca y Zulema serían socias, que se necesitarían la una a la otra, pero no olvidamos su odio ancestral. Porque Zulema hizo que Macarena perdiese al hijo que tenía en sus entrañas (¿se repetirá la historia, ahora que Maca está de nuevo embarazada), y Macarena dejó a Zulema en coma después de meterle aire en las venas. Por culpa de la enemistad de ambas han muerto novios, padres, compañeros. Pero todo esto parece no importar ya.
Puestos a recuperar, incluso han traído de vuelta a Sandoval, a pesar de que está muerto. Ha sido, por supuesto, a través de diversos flashbacks. Y ni siquiera el repugnante médico y director carcelario parece ser el mismo. Ahora el personaje de Ramiro Blas resulta ser tierno y vulnerable, porque Macarena le hizo ver la vida de otro modo, porque a ella la amaba de verdad. ¿Quién se puede creer esto? ¿Qué necesidad había de humanizar a Sandoval en sus cuatro minutos de vuelta?
Macarena y Zulema en 'Vis a vis: El Oasis'
En El Oasis se nos han presentado otros personajes nuevos, y esto también es un problema, tanto por la calidad como por la cantidad. Quizá había demasiada gente en ese motel en el que las paredes tienen ojos. Los policías, la familia con el padre voyeur, la dueña y el hijo discapacitado, el clan de Ramala, eso sin contar con las nuevas atracadoras Triana (Claudia Riera) y Flaca (Isabel Naveira). Y ahora además llega un autobús cargado de niños, con historias de acoso escolar de por medio. Demasiados personajes de los que tienes que enamorarte en pocos minutos y pocos capítulos.
A veces sientes que se pierde el tiempo con Ramala (o con los críos del autobús en el último capítulo) cuando tú quieres ver a Maca y Zulema, y en todo caso, el resto de la banda. Tantos personajes hay que muchos te los presentan mucho para luego sacarlos de la historia con dos pinceladas sencillas.
Los capítulos te dejan insatisfecho, quieres más pero en el mal sentido. No es como antaño que te generaban tanta adrenalina que tu cuerpo quería otro justo después. Ahora te dejan cojo, falta información, y quieres ver otro a ver si te dan la pieza que le falta a tu rompecabezas. Igual El Oasis funcionaría mejor como una serie para una plataforma que poder ver en modo maratón que semana a semana.
En definitiva, esta nueva tanda de Vis a vis ha sido como quedar a tomar cañas con un viejo amigo al que no ves desde hace años (aunque no hacía tanto, la verdad). Y entre trago y trago tienes la sensación de que tú eres la misma persona, pero que el otro ha cambiado, y que ya no despierta en ti la misma admiración que antaño. Pero a pesar de todo le tienes cariño, y volverás a verle la semana que viene, porque algo tendrá que contarte, aunque no sea una hazaña tan épica como las que vivía en su juventud.