Este jueves vivimos la primera parte de la final de Supervivientes 2020. Llevábamos semanas elaborando teorías de cómo sería esta atípica recta final del concurso ante la excepcional situación que estamos viviendo. Finalmente, al principio de la gala, el programa desvelaba la ubicación de los concursantes para los días que restan de concurso: estaban hospedados en un hotel a la espera de cumplir la cuarentena de catorce días impuesta por el Gobierno.
Barranco merecía una plaza en la final por méritos propios
Al inicio de la gala eran todavía cinco los concursantes que quedaban en el hotel, pero sólo eran dos los que se jugaban una plaza en la finalísima: Jorge y Barranco. Tras un emocionante encuentro entre el guardia civil y dos de sus hijos, Jorge Javier anunció el nombre del último expulsado de la edición: la audiencia decidía que Barranco debía quedarse fuera de la finalísima.
Es, sin lugar a dudas, uno de los peores puestos en los que puedes quedar. Y en el caso de Barranco totalmente inmerecido. El joven ha demostrado ser un gran superviviente y, sobre todo, un gran compañero del que muchos tendrían que aprender. También es cierto que se le ha tachado de ser el lameculos de Rocío Flores, pero todos sabemos que cualquiera que se hubiera acercado a Rocío, que es el fichaje estrella de la edición, se hubiera ganado este sobrenombre.
No creo que haya sido ningún palmero de la nieta de Rocío Jurado, como en su día sí fue Mónica Hoyos de Isabel Pantoja, Ares Teixidó de Belén Esteban, El Cejas de Mila Ximénez... Y así con un largo etcétera de concursantes de diferentes realities. Simplemente, se han arropado y acompañado el uno al otro. Como decía, Barranco merecía por méritos propios una plaza en la final y quizás ganar. Quién sabe.
Más tarde se sucedieron nuevos encuentros: Rocío con su novio Manuel, Ana María con Gloria Camila... Es inevitable emocionarse por estos encuentros. Al fin y al cabo, los supervivientes han encontrado un país muy distinto al que dejaron, y no poder abrazar a los suyos y sentir su calor, debe ser inimaginable. Y, aunque el programa se las intentó apañar para emular esos abrazos, no fue lo mismo.
También reapareció una Elena totalmente cambiada. La madre de Adara reapareció mucho más joven de lo que se fue y con un espíritu muy renovado. Me alegro por ella porque se lo merece. ¿Quién no empatizó con su relato? No me cansaré de decir que hubiera merecido ganar esta edición. Lo tenía todo. Lo que pasa es que a veces el público es injusto, y en este caso lo fue.
La repropable comparación con un campo de concentración
Pero, volviendo a los concursantes actuales, hubo algo que me llamó poderosamente la atención: las imágenes que emitieron con los concursantes en los bungalows recién aterrizados de Honduras. Hugo, Rocío, Barranco, Ana María y Jorge se organizaron para dormir en el mismo bungalow. Sin embargo, como siempre suele pasar en todo grupo de amigos,hay un verso suelto. Y en este caso, como siempre y para variar, fue Hugo.
Hugo intentó aportar alguna excusa para irse a vivir sólo a otro bungalow
El uruguayo intentó, sin mucha suerte, aportar alguna excusa para irse a vivir sólo a otro bungalow. Lo más asqueroso y reprobable fue cuando comparó la convivencia con sus compañeros en condiciones óptimas con un campo de concentración nazi. Sobran las palabras. Aunque no sé de qué me sorprendo a estas alturas de este concursante. Estrategia burda y premeditada, lo que nos ha vendido en toda la edición. Ahora quiere dar pena para rascar un par de votos más, a ver si con suerte, engaña a alguien más.
Tras esto, todavía quedaba por definir en qué condiciones llegarían los concursantes a la final. En el habilidoso juego de líder, Ana María consiguió por primera vez el collar. Eufórica, la mujer de Ortega Cano celebraba el triunfo, que tan bien se ha merecido. Aldón ha sido la superviviente por excelencia: ha luchado como una jabata en la pruebas, ha sido la que más ha pescado, ha aportado grandes momentos... Ha sabido combinar de manera magistral ambos papeles: el de superviviente y concursante. Es cierto que su carácter es algo intenso, pero no deja de ser entrañable. Es la típica folclórica que vive cada sensación de una manera tan surrealista que parece que esta actuando, pero no es así. Ana María ha sido, para mí, la gran sorpresa de la edición. Dicen que será la próxima Rosa Benito. No me desagrada la idea. Se lo merecería.
Luego está Rocío Flores, que tampoco ha hecho mucho para merecer la victoria. No quisiera que ganara ella, pero tampoco me desagradaría la idea de que quedara segunda en el pódium. Al fin y al cabo, también ha tenido su función en esta edición. Debo reconocer que cuando la conocimos en GH VIP como defensora de su padre, no me gustaba. Sin embargo, ahora que ya estamos al final de esta temporada televisiva, mi opinión ha cambiado. Hemos conocido mejor a la nietísima y creo que el público ha podido empatizar muchas veces con ella. Me ha faltado que hablara claro y sin tabúes de su relación con su madre, pero sus razones tendrá. ¡Si es que llevamos nueve meses viéndola en televisión! ¡Cómo para no cogerle cariño!
Un complot para que no gane Hugo
Ana María venció a Hugo en la prueba de líder y, cómo no, el uruguayo mostró de nuevo su actitud infantil y de mal perdedor. Al fin y al cabo es el estado natural de este señor. Se creía el pobre que formaba parte de una teoría conspirativa a gran escala para que no ganara la prueba y así poder dejarlo fuera de la final. Me pareció de muy mala educación que le hablara a Jorge Javier de la manera que lo hizo. Ahí demuestra tan poca educación, que quizás debería aprender de la juventud de la isla.
Según Sierra y compañía: el programa, Telecinco, Jorge Javier e incluso este mismo diario formamos parte de una especie de complot que le queremos hacer. Hugo, ¡Denuncia a Pedro Sánchez! Estoy convencido de que ha traído el coronavirus a España para que no te puedas abrazar con tu hermano sin plásticos de por medio. En fin, que lo de Hugo, se llama como diría Sofia Suescun, mal perder de toda la vida.
Los últimos nominados fueron Jorge y Hugo. Ya era hora. No pueden quedarse por el camino pedazo de supervivientes y concursantes como Nyno, Yiya, Barranco o Elena, y que tengamos en la gala final al ex de Adara. Ésta es la realidad por mucho que la quieran pintar de otra manera. Hugo ni ha sido buen superviviente ni ha sido buen concursante. Es más, es la antítesis de ambos. Si se cumplen los pronósticos, Jorge es un duro rival y solo él será capaz de dejar fuera a Hugo de la final. Jaque mate. Vuela alto, Hugo.
Tras más de 100 días de concurso, el próximo jueves conoceremos al ganador o ganadora de Supervivientes 2020. Por lo pronto, Ana Maria y Rocío tienen una plaza asegurada en la final, mientras que Jorge y Hugo pelean por esa última plaza. ¿Quién recogerá el testigo de Omar Montes? ¿Un hombre o una mujer?