Hace unas semanas, de cara al estreno de Perdida, escribíamos en este portal cómo el nuevo thriller de Antena 3 tendría una difícil trayectoria en abierto, y los datos así lo han confirmado. La ficción producida en colaboración con Big Bang Media (THE MEDIAPRO STUDIO) supera a duras penas el millón de espectadores en sus últimas entregas, y solo su primer episodio logró un share de dos dígitos.
Sin embargo, la serie bien merece una nueva oportunidad para aquellos que no la han visto, ahora que todavía está en emisión. El que aquí escribe comenzó a verla a través de ATRESplayer hace una semana, y ya desde el primer momento me enganchó. Vi uno, dos, tres episodios del tirón, me puse al día en un abrir y cerrar de ojos. Y quise más. Si llega a estar en Netflix o HBO, a estas horas ya sabría el desenlace, y aunque su trama posiblemente quede cerrada del todo, ya estaría reclamando en redes sociales una segunda temporada.
Un thriller de manual
Perdida es un thriller de manual, que comienza con el personaje de Antonio (Daniel Grao) tragándose unas bolas de cocaína, lo que le lleva a ser detenido en el aeropuerto de Bogotá por su extraño comportamiento. Poco después conocemos a su abogada, Angelita (Adriana Paz) y como ella, queremos saber el por qué de esa acción de narcotráfico. Así, iremos conociendo su tragedia personal. Cómo en el pasado tuvo un matrimonio feliz, con una hija, Soledad. Y cómo la niña desapareció en las playas de Valencia una década atrás y nunca más se supo.
Perdida es frenética, no hay silencios ni relleno
En España hemos tenido varias series sobre drogas, secuestros o desapariciones con un ritmo lento y pausado; Néboa, sin ir más lejos, actualmente de emisión en La 1. Pero Perdida es otra cosa. No tiene silencios en los que hay que leer entre líneas, ni tampoco tramas de relleno, o que se alargan más de lo necesario. Tiene un ritmo frenético.
Siempre va con el pie sobre el acelerador. Mantiene al espectador con un nudo constante en la barriga. A veces, porque al protagonista le van a partir la cara. En otras, porque quieres saber más. Qué ha sido de Soledad. Por qué la secuestraron, quién lo hizo, quién dio la orden, qué tiene que ver el narcotráfico. Te hace falta saber si los buenos son tan buenos, y los malos, hasta qué punto de tiranía pueden llegar a desarrollar. Y te preguntas si puedes encariñar o no con los personajes, porque se juegan tanto el cuello que crees que va a salir con los pies por delante al final del episodio, que se hace hasta corto con sus 50 minutos de duración.
Daniel Grao en 'Perdida'
Más que una simple desaparición
La serie tiene todos los elementos para funcionar y convertirse en una de las grandes series de los últimos años. Hay esencia de Vis a vis con sus historias de prisión, sus intentos de huida, sus reos a los que hay que temer pero con los que tienes que aliarte para sobrevivir, solo que ahora desde un prisma masculino. Tiene también un punto de La casa de papel, con gente metida que solo encuentra en la delincuencia una fórmula para recuperar su vida, o su hija, como le pasaba a Nairobi.
La acción se desarrolla por partes iguales en España y en Colombia, y es que hay mucho que investigar, más allá de la simple desaparición. Todo en Perdida forma parte de un rompecabezas, del que cada semana te van dando una pieza más. Hay narcotráfico. Hay sobornos. Hay guerras carceleras entre distintos pabellones.
De formar parte del catálogo de Netflix o HBO, la serie habría hecho mucho más ruido
Así, de un momento a otro, descubres por qué Antonio busca a Soledad en Colombia y no en otro país. Por qué callan los que saben datos sobre la desaparición. O qué esconde en su corazón la, en apariencia, dulce actriz de culebrones Milena Jiménez. Recordada por su papel de Betty, la fea, Ana María Orozco da vida a Milena, y demuestra ser una enorme intérprete dramática.
En ese sentido, hay un momento a medio camino entre la parodia y la crítica, en la que su representante le lleva el guion de una nueva serie, un culebrón más. Ella dice que no piensa hacerlo, que ella quiere trabajar en series premium, porque “lo van a ver en todas las partes del mundo”. En otras palabras, que Milena, como tanta gente, cree que una serie es mejor si se emite en una plataforma de pago en lugar de en una televisión nacional en abierto. Y es que, ciertamente, de estar ya disponible en una plataforma mainstream, más allá de ATRESplayer, Perdida habría hecho ya mucho ruido.
Hasta la fecha, la serie ha emitido en abierto seis de los once episodios, y sería una lástima que un producto de tales dimensiones se despidiera por debajo del millón de espectadores. Quien no le haya dado una oportunidad, todavía se puede poner al día con ATRESplayer, y darle una oportunidad el próximo martes. Que el episodio promete, con Antonio intentando escapar de la cárcel.