Óscar Martínez regresa a la televisión tres años después de su último proyecto en 13TV. Y lo hace en una cadena que conoce bien, Telemadrid, donde se ha puesto al frente de Dos en la carretera, un nuevo espacio en el que, junto a Carmen Alcayde, descubrirá pueblos desconocidos y sorprendentes de Madrid, entrevistando a algunos de sus habitantes más genuinos.

No es la primera vez que Martínez trabaja en el canal autonómico madrileño, donde considera que nació televisivamente: "Mi carrera se debe, en gran parte, a lo que aprendí y viví allí". El presentador se dio a conocer primero como copresentador del magacín La tarde se mueve, con Goyo González en 1996, y más tarde como hombre del tiempo de Madrid Directo.

Además, fue compañero de Ana Rosa Quintana desde 2004 hasta 2009, con quien le gustaría volver a trabajar, ya que tal y como ha revelado para BLUPER, "abandonar El Programa de Ana Rosa fue una decisión arriesgada en un momento que no tocaba".

Su última aparición televisiva fue en 2018 como concursante en Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition, lo que define como "una experiencia alucinante" junto a Antonia Dell'Atte, Fortu y Alba Carrillo, a los que ahora considera sus amigos. Asimismo, durante el programa se le relacionó con Carrillo, lo que él ha desmentido, aunque ha reconocido que "más que un flirteo, fue como un juego", ya que la modelo “le sorprendió para bien porque en las distancias cortas gana”.

¿Tenías ganas de volver a la televisión? Hacía tiempo que no te veíamos como presentador en la pequeña pantalla...

De la televisión nunca me he ido, porque con mi productora estamos todo el rato haciendo formatos a nivel internacional, viajando… Diseñamos formatos, los creamos y luego los producimos a nivel mundial. Hemos estado en Italia, Estados Unidos, Vietnam, Arabia Saudí... Entonces, he continuado en la televisión, pero por detrás.

A pesar de ello, sí que me apetecía mucho volver a estar delante de las cámaras. Además, Dos en la carretera es genial, estamos constantemente en la calle, con gente, en ubicaciones distintas… Nos dan un guion y sabemos más o menos lo que pasará, pero lo escrito y lo que sucede no tiene nada que ver.

Cuando volví a Telemadrid tuve una mezcla de emociones porque volví al sitio donde nací televisivamente 

Ahora estás con Dos en la carretera en Telemadrid ¿Cómo te enfrentas a este nuevo proyecto?

Ha sido genial. Estuve el otro día en Telemadrid y tuve una mezcla de emociones porque volví al sitio donde nací televisivamente y mi carrera se debe, en gran parte, a lo que aprendí y viví allí. Entonces, era como recordar los pasillos, los camerinos, los platós… con una sensación de ilusión y nostalgia. Además, he estado en TVE, Telecinco… He pasado por muchas cadenas, pero la gente me sigue recordando como el chico de Telemadrid, lo que me tomo como un piropo.

¿Cómo es trabajar con Carmen Alcayde?

Es de las mujeres más "locas" que conozco de la televisión. Carmen tiene una cosa que me gusta mucho, que es que le apasiona la televisión, entonces, en eso los dos coincidimos. Me encanta la gente a la que le apasiona lo que hace. Compartimos esa pasión, esas ganas de aprender y disfrutar juntos, lo que ha hecho que nos sintamos muy bien.

Por otro lado, Carmen y yo ya nos conocíamos, por lo que el volver a trabajar juntos ha sido un remember. Además, creo que es un formato en el que los dos estamos muy cómodos y me llama mucho la atención que la gente, e incluso la propia cadena, nos pregunte si el buen rollo que tenemos era real o fingido. Y es que es real, estamos de risas todo el rato..

¿Que habéis aprendido durante estos viajes? De las personas que habéis conocido, las experiencias...

Carmen y yo somos dos paletos de ciudad, vamos a los pueblos y nos damos cuenta de que somos unos paletos, que no sabemos distinguir una hortaliza de otra, que hay un animal que parece que es una cabra montesa, pero resulta que es otra, y quedamos fatal. No sabíamos ni coger los huevos de las gallinas. Con el programa estamos aprendiendo a no ser paletos de ciudad y a disfrutar de los pueblos.

Además, creo que todo el mundo debería tener un pueblo en su vida y decirlo con orgullo, creo que es algo que tenemos en España, concretamente en Madrid, nos volvemos locos buscando donde ir y resulta que tenemos lo mejor aquí. También me he dado cuenta de que en los pueblos pasan más cosas que en las ciudades, hay mucha marcha.

De todos los pueblos que habéis visitado ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención?

Cada pueblo tiene su encanto. Hay pueblos muy completos, por ejemplo, San Martín de Valdeiglesias tiene un castillo espectacular, el pantano de San Juan, una gastronomía maravillosa…

El único pero que estamos viendo durante la grabación es que no podemos disfrutar de las fiestas de los pueblos con todo lo que está pasando. Esto es un hándicap porque al final las fiestas de los pueblos son como el  gran evento y me habría encantado hacer este programa y poder ver las costumbres de cada fiesta.

Carmen y yo, con el programa, estamos aprendiendo a no ser paletos de ciudad

¿Cómo viviste el copresentar junto a Ana Rosa Quintana? ¿Te gustaría volver?

Ana Rosa es la persona más generosa con la que he trabajado en pantalla, es decir, ella siempre dice: "si tú brillas, yo brillo", y es verdad, siempre deja que todo el mundo brille. Además, se rodea, delante y detrás de las cámaras, de gente súper top y delega mucho. Como jefa es una crack y como compañera, tanto en lo personal como lo profesional, también. Yo he vivido cosas personales y profesionales en las que ella siempre ha estado ahí, ella sabe que me tiene para lo que necesite y viceversa. Es un gusto contar con alguien así en una profesión en la que hay tantos egos y tanta rivalidad.

Sí que me gustaría volver a trabajar con ella, tomarme algo con ella o incluso irnos de viaje. Ana Rosa es una persona que siempre está bien tenerla cerca, tanto para hacer un programa como para hablar de la vida y echarte unas risas porque también tiene mucha marcha, nos acuesta a todos y luego a las cuatro de la mañana está maquillándose la primera. No sé de donde saca tanta energía.

¿Te arrepientes de haber dejado El Programa de Ana Rosa por La vuelta al mundo en directo en (Antena 3)? ¿Retrocederías en el tiempo para hacerlo de otra manera?

Más bien fue una decisión poco acertada. Es verdad que, afortunadamente, se me abrieron otras puertas, he hecho otras cosas, me he reinventado… Me ha ido muy bien y gracias a haber tomado esa decisión he abierto otro abanico, pero creo que fue una decisión arriesgada en un momento que no tocaba. A lo hecho pecho y uno aprende de todo.

Ahora ya no retrocedería. Al final, después de todo, ahora estoy en una época muy bonita, haciendo un programa que me apasiona, he vuelto a mi casa televisiva y me siento muy feliz con el equipo que tengo. No volvería atrás, es verdad que no fue la mejor decisión de mi vida, pero hay que seguir adelante. Además, Joaquín y todo lo equipo lo están haciendo de maravilla, siguen siendo líderes y El Programa de Ana Rosa está por encima de todos, es un formatazo con gente con mucho talento.

¿Crees que La vuelta al mundo en directo, hoy en día, tendría cabida con las plataformas?

Sí, de hecho, estamos trabajando en ello. Ya nos han pedido varias cadenas a nivel mundial la posibilidad de adaptarlo para sacarlo adelante. Además, con todo lo que han avanzado las tecnologías y con el momento en el que nos encontramos, en el que la gente tienes muchas ganas de viajar y, como no se debe, necesita programas de viajes. Dos en la carretera es otro ejemplo, tu desde tu casa puedes ver historias, paisajes, monumentos, ciudades, pueblos...

¿Cómo has vivido estos años de montaña rusa? De ir de un proyecto a otro.

Tengo 44 palos y ya no me sorprendo de nada. Tengo una ventaja y es que me adapto muy bien a los cambios, toque lo que toque. Si es verdad que las audiencias las miro con otra perspectiva, antes era más estresante y, ahora, aunque es verdad que vivimos de las audiencias, te lo tomas con otra perspectiva. La fama, el éxito y el fracaso lo gestionas de otra manera. Igual es que ya me he vuelto mayor, pero ahora todo es como más pausado no es tan apasionado, como cuando te enamoras con 18 años y luego con 40, es otro amor.

Dejar a Ana Rosa no fue la mejor decisión de mi vida, pero hay que seguir adelante

¿Cómo fue tu experiencia en Ven a cenar conmigo? Durante tu paso por el programa se habló de un supuesto flirteo con Alba Carrillo…

Me propusieron participar y me pareció interesante, además no sabía cocinar y me pareció muy divertido. La experiencia fue alucinante porque también me llevé tres amigos: Alba, Fortu y Antonia.

Alba y yo nos reímos mucho porque mucha gente se llegó a creer que teníamos una relación. Yo le decía: "Alba, resulta que hemos estado juntos y ninguno de los dos se ha enterado". La gente lo daba por hecho e incluso en las redes sociales,nos pedían que estuviésemos juntos. Los dos nos reíamos mucho con esto. Éramos dos personas con muchas cosas en común, con ganas de pasarlo bien, en ese momento los dos estábamos solteros… Pero más que un flirteo, fue como un juego, tenemos muy buena relación. La tengo mucho cariño y me sorprendió mucho para bien porque en las distancias cortas gana. Ahora ella tiene novio y les deseo lo mejor.

 

¿Tiene futuros proyectos entre manos?

Con todo lo que está pasando con el coronavirus voy viviendo el día a día. Estoy con el programa, sigo dando clases… Ojalá renovemos y haya más capítulos, pero voy al día porque no se sabe si volveremos a estar confinados, si volverán a parar los rodajes… También es verdad que el mundo de la tele, ante tanta incertidumbre, está todo más parado, entonces, hay un stand by generalizado.

Por otro lado, en la productora estamos preparando otros formatos, estamos trabajando en una segunda temporada del programa de Mediapro con Amazon y Quique Dacosta, Una vida, una cena. También estamos con muchos proyectos abiertos porque ahora nos están pidiendo muchos programas que se puedan grabar sin público y sin mucha gente. Entonces, a nivel mundial, lo que las cadenas están buscando es productos de este tipo: baratos, fáciles de grabar y que no requieran mucho personal.

Además, todas las teles se han fundido prácticamente todos los formatos que tenían guardados, con lo cual necesitan contenidos nuevos porque durante un confinamiento la gente ve la televisión. Pero claro, los presupuestos han bajado por el confinamiento, hay menos inversión en publicidad. Por ello, la televisión se está readaptando

El corazón, la música, la psicología, galas solidarias... Has tocado muchos palos del sector televisivo ¿Cómo ha sido adaptarse a tantos registros?

Es lo que más me gusta de esta profesión, yo no podría estar en una oficina haciendo lo mismo toda mi vida. Al final, nosotros tenemos que adaptarnos a los programas, los equipos, los directores, cada programa te exige un registro, y ahí esta la gracia. Amoldarse a diferentes formatos es lo guay, la vida es así. Si siempre haces el mismo registro en todos los formatos, al final la gente se cansa y se aburre. Lo que es apasionante es dar tensión y diversión a un concurso y pasar a otro espacio totalmente diferente, aunque haya cosas que no sean tu fuerte. Por ejemplo, en un informativo no me vería porque hago más entretenimiento. No conozco a ningún presentador que haga bien todo.

Mi  flirteo con Alba Carrillo fue más bien un juego

Tras tantos años en la radio ¿volverías al medio o consideras la televisión como tu verdadera vocación?

Son medios complementarios, al final la radio y la tele se parecen. Si es verdad que en la televisión, por lo general, el presentador suele tener menos peso, lo que más importa es el formato. Si tienes un buen formato el programa va solo y pongas a quien pongas va a tener audiencia, y eso solo pasa en la televisión. En la radio pasa lo contrario. Por ello, volvería a la radio, pero complementándolo con la televisión, que es realmente lo que me gusta.

¿Cómo has experimentado tu regreso a la pequeña pantalla en una situación tan especial en la que vivimos a causa del Covid-19?

Es un rollo. Tienes que estar con mil precauciones, la mascarilla te la quitas solo para grabar, todo el equipo nos hemos hechos los test… Al final en este programa estás todo el rato hablando con gente, por lo que hay que tener cuidado y mantener siempre la distancia social. Ahora no solo tienes que estar pendiente del programa o del guion, sino que tienes que estar pendiente de otras cosas, lo que genera un desgaste, pero es lo que nos toca a todos.

Es muy incómodo grabar así, porque, además, siendo la televisión, pierdes mucha expresión. Carmen y yo somos personas muy expresivas y con las mascarillas perdemos mucho. Si podemos mantener la distancia social y seguir las medidas que nos aconseja sanidad, grabamos sin las mascarillas porque para el espectador también es un rollo vernos solo los ojos y el pelo.