Alta Mar se despide para siempre de sus seguidores este viernes. Lo hace por la puerta de atrás, sin apenas promoción, tras tres temporadas de 22 capítulos, y sirviendo de ejemplo perfecto para identificar los tropiezos de Netflix.
Y es que, como ya hemos analizado anteriormente, un momento clave para la plataforma para decidir si continuar una ficción o no, se produce a partir de la segunda temporada: si la ficción en cuestión no ha tenido el impacto requerido y Netflix no ve un potencial de crecimiento significativo más allá de la tercera temporada, se decide darle un final.
Netflix considera que con 24 capítulos el espectador está satisfecho
Este final, como así ha sucedido ahora con Alta Mar o previamente con La Casa de las Flores, va acompañado de una escasa o nula promoción por parte de la plataforma. De hecho resulta resulta difícil encontrar entrevistas de los protagonistas de la serie de Bambú en los medios.
El caso de Alta Mar es, además, peculiar. La plataforma decidió en un primer momento renovar la serie por una tercera y cuarta temporada, como ya publicamos en BLUPER. Sin embargo, finalmente reculó en su decisión y sólo aprobó una tercera temporada, lo que dejó la serie con un total de 22 capítulos.
De esta forma se cumplía el otro principio de la plataforma: más allá de la temporadas dos y tres, por término medio las series no generarían significativas nuevas suscripciones. Y así, tener entre unos 24 y 30 episodios de una serie se considera suficiente para satisfacer a los espectadores.
El primer gran tropiezo de Netflix
Este primer gran tropiezo de Netflix en España nada tiene que ver con la ambición con la que la serie llegó a la plataforma de streaming a finales de mayo. Y es que, tras el éxito de Las chicas del cable, la compañía pidió a Bambú Producciones una nueva serie en la que parecía que no se iba escatimar en gastos a juzgar por las declaraciones de sus responsables.
“El set de Alta Mar ha sido uno de los proyectos más ambiciosos a los que nos hemos enfrentado”, apuntaba Carlos Bodelón, director de arte de la serie.
Sin embargo, el Bárbara de Braganza emuló al Titanic e hizo aguas. Sólo había que echar un vistazo al recibimiento de la prensa y a la endeble promoción de la plataforma para darse cuenta que estábamos ante el primer traspié de la compañía en nuestro país.
Un hecho que después pudo comprobarse a finales de año cuando Netflix reveló a sus programas más populares en España y Alta Mar sólo consiguió una octava posición.