En 2008 el autor Joe Hill publicaba una serie de historietas de corte fantástico y de terror ilustradas por Gabriel Rodríguez bajo el nombre de Locke & Key, cuyas publicaciones durarían hasta el año 2012.
Ahora, en 2020, esas historias se han convertido en una serie de televisión. Primero encargada por la plataforma Hulu, finalmente ha sido Netflix la encargada de llevar a la pequeña pantalla este mundo fantástico creado por Joe Hill.
La serie ya ha sido renovada por una segunda temporada
Protagonizada por Connor Jessusp, Emilia Jones y Jackson Robert Scott en el papel de los hermanos Locke, la serie ya ha sido renovada por una segunda temporada. Si bien no se ha convertido en un fenómeno como muchas otras series de la plataforma, sí ha conseguido una base de fans suficiente como para ganarse la renovación.
Una renovación, además, muy necesaria. La primera temporada de Locke & Key presenta un mundo de magia y fantasía del que aún nos queda mucho por descubrir y, la sensación tras acabar el último episodio de esta primera tanda, es que la serie aún puede dar mucho más de sí. En otras palabras, cualquier espectador que llegue al final va a querer más.
Pero, ¿qué cuenta Locke & Key? Después de que Rendell Locke sea asesinado a manos de su ex alumno Sam Lesser, su esposa Nina se ve obligada a mudarse con sus tres hijos, Tyler, Kinsey y Bode, de Seattle a Matheson, Massachusetts, y residir en la casa de la familia de Rendell, la Keyhouse (Casa llave). Los chicos pronto descubren una serie de misteriosas llaves en toda la casa que se pueden usar para desbloquear varias puertas de manera mágica. Sin embargo, tiempo después aparece en sus vidas un entidad demoníaca que también está buscando las llaves para sus propios fines malévolos.
Así, tenemos una serie adolescente que mezcla magia, fantasía, dramas familiares, acción y aventuras y, sin embargo, todo funciona a la perfección. O casi todo. Algo así como en su día hicieron El Internado, El Barco o Los Protegidos.
Un entretenidísimo drama de aventuras
Como toda historia que parte de un drama, la serie está construida en torno al trauma de los protagonistas, provocado por una pérdida importante y una mudanza que les trastoca toda la vida. Así, a medida que la historia "de las llaves" avanza también los personajes avanzan con ella para ir superando sus propios demonios.
Aunque la serie funciona, no todo es perfecto en Locke & Key
En este sentido, uno de los mejores aspectos de la ficción es lo bien construidos que están sus personajes. De cada uno se construye una personalidad propia y siempre actúen de forma coherente con lo que son. A lo largo de los 10 capítulos que dura esta primera temporada los chicos irán descubriendo las distintas llaves que pueblan la casa. La llave espejo, la llave cabeza, la llave omega, la llave fantasma… llaves que realizan diferentes funciones y que dan lugar a situaciones mágicas muy bien ejecutadas. Por ejemplo, con la llave cabeza, que consigue entrar en las mente de las personas, creando escenarios muy imaginativos visualmente.
Locke & Key tiene, además, un fuerte componente adolescente. Dos de sus protagonistas lo son y por tanto sus idas y venidas en su vida de instituto también tienen peso en la ficción, pero nunca en da la sensación de que sobre, puesto todo lo que les ocurre tiene un sentido en la trama.
La serie crea una dualidad entre luz y oscuridad muy interesante. La lucha entre los protagonistas y el demonio son el fin último de la serie y conforman uno de los aspectos más interesantes de esta primera temporada, que promete ser mucho más intensa en la segunda.
Visualmente la ficción es toda una delicia. En cada capitulo vamos descubriendo cada una de esas llaves mágicas, creando escenarios con diseños artísticos muy atractivos que son uno de los grandes aciertos de la ficción.
Pero no todo es perfecto en Locke & Key. La serie falla en el drama familiar. Aunque puede llegar a ser interesante por lo bien construido de los personajes, reincide demasiado en este aspecto, aparcando en más de una ocasión ese componente fantástico principal y dejando en el aire cierta sensación de relleno. También se queda algo coja en los momentos de terror, demasiado amables, quizás en un intento de hacer la serie más familiar y apta para todos los públicos.
En definitiva, Locke & Key es una serie muy notable, con algunos errores, pero que no empañan una gran experiencia audiovisual. Una buena recomendación para estas semanas de confinamiento, eso sí, con un aviso: una vez que entres en Keyhouse no podrás salir de ella.