La cuarta jornada del 23 Festival de Málaga recibía este lunes dos cintas Piola y El Inconveniente. Y lo hacía precisamente con ‘inconveniente’: la segunda de las películas no podía proyectarse en el Teatro Cervantes por problemas técnicos. Algo bastante inusual pero que hace años ya ocurrió en menor medida con los Els nens Salvatges, que a la postre terminó ganando la Biznaga de Oro.

No sucederá aquí al menos en lo que respecta al jurado. Pero la cinta protagonizada por Kity Manver, Juana Acosta y Carlos Areces es desde ya la gran favorita para alzarse con el premio del público.

Dirigida por el debutante Bernabé Rico y basada en la obra de teatro de Juan Carlos Rubio 100 metros cuadrados, El Inconveniente cuenta la historia de Sara (Juana Acosta), a quien le ofrecen comprar la casa perfecta: espaciosa, muy luminosa y extremadamente barata. 

Tan solo tiene un pequeño inconveniente: Lola (Kity Manver), la octogenaria dueña actual que vivirá en ella hasta que muera. Aún así, Sara cree que es un buen negocio y decide comprar y esperar. 

A partir de aquí se construye una agradable y vitalista dramedia sobre las cuentas pendientes, la soledad y, sobre todo, la amistad, y con un mensaje muy claro de que la vida hay que vivirla que son dos días.

Una cinta que nos devuelve merecidamente a Manver al cine cinco años después de Las ovejas no pierden al tren con un papel que le va como anillo al dedo y con el que esperemos reciba muchas alegrías.

Unos adolescentes sin futuro

La jornada también recibía a la primera cinta iberoamericana de esta edición, la chilena Piola, ópera prima del director Luis Alejandro Pérez que llevó a algún que otro famoso crítico a marcharse de la sala ante la dificultad de entender la jerga de los jóvenes protagonistas. De hecho más de uno optó por guiarse por los subtítulos en inglés.

Pero, ¿de qué va Piola? Esta palabra se utiliza en la jerga juvenil chilena para hacer referencia a una situación o a una persona que es muy callada o muy tranquila, tanto que puede pasar desapercibida.

Y de eso precisamente trata, de unos adolescentes que pasan desapercibidos para la sociedad y que deciden refugiarse en la música rap para afrontar sus problemas en un contexto social complicado. Una propuesta interesante de denuncia social sobre la frustración social que ayuda al festival a elevar su ya de por sí mejor calidad de esta edición.