Hasta hace no tanto tiempo, la mayoría de los héroes (y más, en las historias fantásticas y de terror) eran hombres, de raza blanca, heterosexuales, a menudo con dinero. En este tipo de aventuras, la mujer solía ser la víctima, la que quedaba atrapada en un callejón sin salida, o la que suplicaba clemencia mientras corría por su casa, intentando escapar de las fuerzas del mal.
En muchas ocasiones, esa mujer era rubia y bella, un prototipo de personaje destinado a decir un par de frases y morir. Hay una regla no escrita por la cual las morenas o castañas suelen vivir más tiempo, y ser las últimas en enfrentarse al asesino. Si tienen un comportamiento masculino, o un nombre unisex, más papeletas tendrán para vivir.
Joss Whendon cambió esto para siempre con Buffy, Cazavampiros, una serie estrenada en 1997 y que este 1 de septiembre llega de forma íntegra al catálogo de Amazon Prime Video junto a otras novedades. Nos encontrábamos a una chica rubia, joven y bella, sí, pero armada de valor, fortaleza y sabiduría para combatir a cualquier chupasangres que se le pusiese por delante.
Una joven que descubre que es diferente
Hay que destacar que Buffy Cazavampiros nació antes que su serie: en concreto, en 1992, en una película en clave de comedia que en España emitió alguna que otra vez Antena 3. Kristy Swanson fue aquella primera Buffy cinematográfica, a la que Sarah Michelle Gellar tomó el relevo para la pequeña pantalla.
Buffy era una joven de edad complicada, con un paso en la niñez y otro en la vida adulta, que descubre que es diferente a sus compañeros: ella pertenece a una antigua saga de cazadores de vampiros y demonios, y tendrá que combatir las fuerzas del mal mientras intenta vivir su propia vida.
De este modo, el éxito de Buffy se debió en parte en cómo conectó con todos esos adolescentes que tenían que encajar en un mundo hostil, para el que no están preparados. Igual que Giles (Anthony Stewart Head) enseñaba a Buffy a desenvolverse, sus espectadores aprendían a caminar solos por la vida.
Buffy conectó con todos esos jóvenes que ya tenían un pie en la vida adulta
Quizá por ese proceso de aceptación uno mismo, y por el hecho de sentirse distinto a los demás Buffy sea para muchos un icono LGTBIQ+. Eso sin mencionar que el personaje de Willow (Alyson Hannigan) acabaría saliendo del armario y teniendo una relación con Tara (Amber Benson), lo que se convirtió en la primera relación lésbica de larga duración en la televisión estadounidense.
La serie de Whendon logró que viésemos como heroína a una joven que bien podría tener el rol de víctima (la propia Gellar moriría asesinada en Scream 2 y en Sé lo que hicisteis el último verano). Permitió que el espectador empatizase con ella, que le importase el dolor de una mujer, que se preocupase por ella. Y es que Buffy Summers tenía un importante peso sobre sus hombros, casi a la altura de Batman o Superman, solo que sin disfraces ni grandes musculaturas. Solo ella puede parar la propagación del mal por el universo.
Buffy Cazavampiros
Una heroína feminista y femenina
Buffy hace todo esto sin dejar de ser femenina. No tiene un comportamiento asociado a los personajes masculinos como la teniente Ripley de Alien, o pasa de los chicos como la canguro de Halloween. Buffy adora la moda, se maquilla, disfruta con las compras, sueña con ser animadora, se enamora. Y no por ello es más frágil.
Fue la antítesis de la chica rubia que el cine de terror suele despreciar
Así, Buffy es la antítesis de ese tipo de mujeres que el horror y el fantástico desprecian, los personajes que se disfruta aniquilando delante de la cámara. Ella es rubia, femenina y sexual, sufre por dentro, pero está al pie del cañón.
Temporada a temporada su personaje desarrolló más capas, más aristas que la volvían más humana y realista, pese a que combatiese contra seres fantásticos como vampiros y criaturas infernales (en cierto modo, una metáfora de esos demonios personales que sufre todo adolescente que ve cómo se hace adulto). Y dio peso a un tipo de chica cuya historia rara vez se toma en serio, un poderoso mensaje es el que sigue cautivando más de dos décadas después de su estreno. Quizá por eso hace un par de años se pensó darle una nueva vida a Buffy, apostando de nuevo por la diversidad y con una actriz de raza negra de protagonista.