El pasado mes de julio, Paz Padilla se despedía para siempre de su marido Antonio Juan Vidal, con el que se había casado tres años atrás. El abogado, de 53 años, moría como consecuencia de un tumor cerebral desde hacía bastante tiempo, una información que no había trascendido a los medios. Este sábado, la gaditana se sentaba en el Deluxe para contar cómo ha pasado los últimos meses, en los que también ha fallecido su madre y su suegra.
“Si algo he aprendido es que lo amaba con locura, lo amo con locura y lo seguiré amando con locura. Lo único que me ha dejado es amor. Es lo único que perdura” reconoce la artista andaluza, que apuntó que ha perdido el miedo a la muerte. Así, señaló cómo tras una resonancia un médico le dijo “sin anestesia”, que su marido tenía un tumor y que le quedaba poco tiempo de vida. “No se ha muerto mi marido, se ha muerto mi alga gemela, el amor de mi vida. Es lo único que le he podido dar. Amor del bueno. Le decía te quiero y gracias, 24 horas al día”, matizaba.
La presentadora de Sálvame se esforzó para que su marido tuviese “una muerte bonita”, y que falleciese en casa, porque en los hospitales “ayudan a vivir y no a morir”. “Me metí en la cama con él, le toqué el pecho y le dije "ya, mi amor, recuerda: cuando me toque ven por mí... y poco a poco, se fue yendo”, y que cuando falleció, “sacamos una botella y brindamos”.
En ese sentido, Paz cree que su labor era “ayudarle a morir y darle amor del más puro en esos últimos meses” y que ha aprendido a vivir el momento. “Una vez me dijo que había dejado de ver por un ojo, y yo le dije que mejor, que yo era muy fea y así se libraba de verme” explicó entre risas.
Por último, dijo estar lista para volver el próximo miércoles a Sálvame, y pidió que y pide que la gente no la juzgue ante sus chistes o su alegría, pues forma parte de su filosofía de vida. “Tengo que se feliz, se lo debo”, terminó.