Que sí, que sí, que a mí también me pareció divertidísimo que anoche Raquel Mosquera diera paso a Informativos Telecinco desde el plató de Sálvame. “Vamos a dar paso, señores, a Pedro Piqueras. El gran Pedro Piqueras. Uno de los grandes del Telediario, que lleva muchos años en nuestras televisiones”, dijo la viuda de Pedro Carrasco con su habitual gracejo.
Que sí, que sí, que a mí también me parece que existe cierta superioridad moral en todos aquellos que miran con desdén a Sálvame. ¡Que me van a contar a mí que vi las caras rancias que pusieron muchos en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid cuando entregamos el Premio Iris de la crítica al programa de Telecinco!
Pero lo de ayer no va de lo que pensemos los analistas o críticos de televisión o los espectadores. Lo que sucedió anoche va de la cara de Piqueras, de lo que se le pasó por la cabeza mientras veía que le daban paso desde un ambiente de lo más lúdico cuando él tenía que empezar su informativo hablando de 251 fallecidos por el COVID.
Esto va del nuevo aprieto en el que le volvieron a poner, de la última desconsideración que tiene que aguantar “uno de los grandes del Telediario”, que diría la peluquera más famosa de España.
Y es que, durante los últimos años, lo de los surrealistas pasos de Sálvame a Informativos Telecinco son una auténtica nimiedad con los desaires que ha tenido que vivir el que un día fuera director de Radio Nacional de España.
Desde hace ya CATORCE años, Piqueras ha tenido que ver cómo sus rivales estrenaban nuevos e impresionantes platós con todo tipo de nuevas tecnologías, mientras él sigue con el mismo decorado del skyline de Singapur.
Da igual que los nuevos tiempos demanden nuevos lenguajes y herramientas para hacer más comprensible y cercana la información al espectador. Cualquiera le lleva la contraria a Paolo Vasile con su política de ahorros y costes.
Y eso que desde hace ya algunos meses Piqueras perdió el titular del informativo más visto del día y que desde agosto también pierde frente al Antena 3 Noticias de Vicente Vallés.
Pero, para desaires, los que tiene que vivir en cada cita electoral. Mientras todas las cadenas preparan grandes especiales, Piqueras y los suyos tienen que quedarse muchas veces mirando a la competencia con cara de envidia y tristeza porque ellos se les niega esa posibilidad.
En su lugar tiene que conformarse con que Jordi González les de paso desde el debate de Supervivientes para poder dar un par de avances informativos en los que informar sobre las trascendentales votaciones.
¿Se entiende mejor ahora su cara de anoche?