El pasado lunes estaba viendo Anclados desde el sofá de mi casa. De pronto apareció Úrsula Corberó haciendo de una estrambótica pija reconvertida en chacha que no me chirriaba nada. La actriz ha sabido encontrar su lugar en el cine y en la pequeña pantalla como esas chachi pijas adorables. Una más en el universo juvenil.
De lo que yo quería hablar tirando del hilo de Úrsula Corberó es de que siempre tropezamos con la misma piedra año tras año. La actriz es sólo un ejemplo de una generación que salió de Física o química, una serie denostada por el sector de traje, corbata y maletín, pero ahora necesarios para cualquier elenco decente.
Física o química, o FoQ, o esa serie en la que los jóvenes se drogaban, hacían tríos y los alumnos se liaban con los profesores, fue la última en cerrar la verja y despedirse de los adolescentes. Como esta, por la televisión española han pasado otros géneros con bastantes similitudes como Al salir de clase, Compañeros o El internado. Los adolescentes se han quedado huérfanos de ficción.
Fueron series muy criticadas en el fondo y en la forma. Para muchos, los actores no daban la talla y sólo pertenecían al casting por caer simpáticos y subir la cuota de pantalla cuando se quitaban la camiseta. Sin embargo, muchos de ellos han ido callando bocas.
Nadie confiaba en que de Al salir de clase fuese a salir alguna gran estrella. Pero por allí han pasado Alejo Sauras, Diana Palazón, Pilar López de Ayala, Hugo Silva o Leticia Dolera. Pueden gustar más o menos, pero han sabido mantenerse en la cresta de la ola durante muchos años. De ahí también salió Elsa Pataky, que aunque no le sobre talento posa como si lo tuviera y eso es lo que cuenta.
Eva Santolaria y Antonio Hortelano tuvieron unas críticas aterradoras cuando se convirtieron en los protagonistas de Compañeros. Y los chicos de El internado sólo eran carne. Ahora nadie duda de las capacidades de Blanca Suárez y Yon González y son dos de los actores jóvenes mejor valorados.
Física o química es una soberana estupidez para niñatos, decían algunos críticos cuando se estrenó la serie en Antena 3. De la serie, sin embargo, han salido nombres como el de Úrsula Corberó, ahora en Anclados, Maxi Iglesias, recién salido de Velvet, Angy, con una dilatada carrera por varios talent shows, Adam Jeziersky, en Chiringuito de Pepe, o Javier Calvo, reconvertido en un aclamado director de teatro gracias a La llamada.
Generaciones de actores salidos todos de un mismo proyecto que una vez fue señalado como la vergüenza de la ficción española, pero que terminaron convirtiéndose en la escuela de los actores del hoy que recogerán los premios el día de mañana. Como siempre he defendido, para que un director de culto pueda hacer su película siempre debe y tiene que existir un Mario Casas que sustente el cine español.