Desde RTVE han trabajado duro durante los últimos meses para evitar que los medios de comunicación hablaran de su nuevo programa para la noche de los sábados, La Pr1mera Pregunta, como un debate político. En el horizonte, una ley que dice que la Corporación RTVE no puede ceder a terceros la producción y edición de los programas informativos y aquellos que expresamente determine el mandato marco.
De ahí que incluso durante su presentación hace unos días escenificaran con la presencia en plató de la directora de Entretenimiento, Toñi Prieto, que éste no era un formato informativo, sino un programa de entretenimiento. “Queremos ser una alternativa”, defendía su presentador y director Lluís Guilera.
Y precisamente en este empeño por querer ser algo que no pueden ser radica el principal problema del programa. La Pr1mera Pregunta contaba ayer con temas para realmente ser una alternativa a laSexta Noche y Sábado Deluxe: la primera entrevista en televisión con Plácido Domingo, una actuación de Mónica Naranjo, cómicos como Pepe Colubi, Henar Álvarez, Carlos Latre y Marc Giró…
Sin embargo, en una noche de sábado, a la que se le pide más júbilo y, más teniendo en cuenta que en Telecinco estaba Anabel Pantoja confesando que tenía miedo a mandarle vídeos subidos de tono al fontanero, en la pública optaron por empezar con el enésimo debate sobre el confinamiento.
Pero, además, al contrario de lo que estaban haciendo en laSexta desde media hora antes, con un debate similar pero con analistas y expertos médicos, en la cadena pública apenas había un enfermero entre sus tertulianos.
Pobres grafismos, falta de ritmo
Esto era, no obstante, una nimiedad comparado con la serie de fallos y errores que hacían de esta primera parte del programa algo soporífero, como de una televisión de otra época. Un plató frío y oscuro, ausencia de música, una inexistente realización -mírense la entrevista a Pilar Eyre-, pobres grafismos, ni un sólo vídeo... Fallos y más fallos que llevaban a una falta absoluta de ritmo que llevaba al espectador a querer cambiar de canal.
Y todo ello por no hablar de la entrevista ‘pactada’ con Plácido Domingo en el que parecía que el tenor estaba leyendo e interpretando las respuestas, y en la que no se vio del todo cómodo a su presentador Lluís Guilera.
Todo empezó a cambiar con la entrada en plató de María Gómez y Mónica Naranjo. A la primera se le notan mucho sus tablas en radio y su vertiente cómica, y la segunda, consciente de que tenía que levantar el programa, sacó a la show woman que lleva dentro. Impagable su cara cuando dijo que Ana Guerra no le seguía en Twitter por un simple descuido.
Eso sí, la verdadera explosión llegó con Pepe Colubi, Henar Álvarez, Carlos Latre y Marc Giró con un surrealista, fresco y divertido debate sobre el buen vecino que terminó con el catalán contando una escatólogica anécdota sobre la Reina de España y con Latre burlándose de la entrevista a Plácido Domingo.
Fue ahí cuando por fin Guilera se soltó, disfrutó como nadie del programa y brilló. Por fin La Pr1mera Pregunta se había convertido en una alternativa real para la noche del sábado, por fin en la pública dejaban de ser tan encorsetados y se daba rienda suelta al humor más gamberro y la espontaneidad.
El futuro del programa únicamente pasa por ahí. Si de verdad pertenece a Entretenimiento, que sea entretenimiento. De lo contrario, los tres meses que tienen firmados, serán los únicos que aguante en pantalla. A no ser que las intenciones de Enric Hernández, el administrador en la sombra de RTVE, sean otras.