Manolo Caro, realizador mexicano, triunfó en 2018 con una propuesta que mezclaba de forma magistral la comedia con el drama más telenovelesco: La casa de las flores. La serie se convirtió en uno de los fenómenos del año en Netflix.
Sin embargo, la ficción pronto acusó un importante desgaste en sus sucesivas temporadas, tanto en calidad como en alcance, que dejaba a sus seguidores con un sabor agridulce. Por ello, todas las miradas estaban puestas en el nuevo proyecto del mexicano.
El guionista tenía una nueva oportunidad de redimirse con Alguien tiene que morir, una miniserie de 3 capítulos ambientada en la España franquista. Un drama de corte histórico y familiar con un reparto muy potente e ingredientes de thriller, buenos mimbres para hacer de esta miniserie uno de los eventos serifilos del último trimestre del año. Pero, no parece que vaya a ser así.
La historia de Alguien tiene que morir comienza cuando un joven, tras ser llamado por sus padres, debe regresar de México a casa para conocer a su prometida, pero el pueblo queda sorprendido cuando regresa acompañado de Lázaro, un misterioso bailarín de ballet, y los rumores sobre su posible homosexualidad comienzan a sonar.
'Alguien tiene que morir' tiene aspecto de thriller pero, finalmente, se queda en un simple drama de época sin mucho misterio
Así, la serie nos traslada a la España de 1950, en una sociedad conservadora y tradicional donde las apariencias y los lazos familiares juegan un papel clave.
En Alguien tiene que morir el creador se deshace de cualquier atisbo de comedia para ofrecer un drama familiar al uso. Sin embargo, mas allá del título, muy explícito, la serie no consigue trazar un camino. Es un drama familiar, en el que sí se respira una importante tensión, se sabe que hay secretos ocultos, pero nunca llegas a saber realmente qué es lo que pretende contar.
Alguien tiene que morir tiene aspecto de thriller, desde su su ambientación hasta su ritmo, con el uso de las armas como hobbie principal de la familia. Pero, finalmente, se queda en un simple drama de época sin mucho misterio, que pretende criticar el conservadurismo de los años 50 a través de la homosexualidad del hijo de una familia muy cercana al régmimen franquista.
Un reparto de ensueño muy desaprovechado
Si en algo destaca, ya de entrada, Alguien tiene que morir, es en su reparto. Carmen Maura, Cecilia Suárez -que está inmensa consiguiendo que olvidemos a su ya mítica Paulina de la Mora-, Ernesto Alterio, Carlos Cuevas, Esther Expósito, Alejandro Speitzer, o Isaac Hernández, entre otros, son los protagonistas de esta historia.
Tal y como Caro expresaba “contar con este reparto es un sueño y hace que todo se vuelva más fácil”. Y por ello es una pena que semejante cásting esté tan mal aprovechado. Rostros como Maura o Suárez -aquí con un importante cambio de registro tras La casa de las flores- se pierden debido a un guión muy forzado, una historia que no engancha práctiamente por ninguna de sus vertientes y unos personajes llenos de esterótipos.
Una ficción excesivamente teatralizada, con un punto almodovariano claro, pero sin llegar nunca a alcanzar, ni lo mejor del realizador español ni los buenos momentos de La casa de las flores.
'Alguien tiene que morir' no se colará en la lista de mejores series de 2020
Al final, su corta duración (3 capítulos de unos 50 minutos cada uno) puede ser, a la vez, su peor y mejor baza. Con un reparto tan amplio y coral, es fácil preguntarse por qué no se desarrolló mejor la historia para convertirla en una serie al uso, de mayor duración. Por otro lado, quizás, con más metraje, se le hubieran visto aún más las costuras
Puede que tenga algún punto interesante en ese intento de denuncia social y no se puede criticar ningún aspecto a nivel técnico, con una producción muy elegante y bien cuidada. Pero, en definitiva, no es lo que prometía con sus adelantos y se queda en un simple "culebrón" de época que no termina de enganchar.
Habrá que comprobar de qué forma los usuarios de Netflix reciben esta propuesta en un fin de semana con importantes estrenos, (Antidisturbios, Señoras del (h)AMPA 2), pero, lamentablemente, Alguien tiene que morir no se colará entre lo mejor del año 2020 en términos de ficción.