En televisión hay un dogma que afirma que lo que ha funcionado en la primera temporada no se debe tocar. Los creadores piensan que es más fácil seguir repitiendo estilos, bromas y tramas que arriesgar y probar aspectos nuevos.
Este, no es el caso de Mira lo que has hecho, la serie de Berto Romero desafía de una manera muy sencilla y cálida y pone sobre la mesa que se puede volver a sorprender al espectador con una serie y unos personajes que el público ya conocía.
Lo fácil de esta segunda temporada hubiera sido seguir viendo como Berto se parodia a sí mismo, pero va más allá, se aleja de la comedia romántica y refleja como con un hijo pequeño, las dificultades de otro embarazo y un trabajo absorbente pueden romper un matrimonio.
Es admirable que con una trama de preescolar se pueda acercar tanto a lo que sucede en la política nacional
Cuando aún resuenan las críticas a Samantha Villar por asegurar que tener hijos era perder calidad de vida, la historia de Berto y Sandra (Eva Ugarte) nos muestra que es así, que tener hijos es maravilloso y te cambia la vida, pero a veces desearías quitarles las baterías para buscar la ansiada paz. Es con este tratamiento donde el espectador se siente cómplice, no pasa nada por quitar azúcar a un tema tan dulce y bonito y acercarlo a la realidad.
Pero, durante esta temporada, no solo se habla de los problemas de ser padre, sino que se muestra sin ningún pudor el amor y el sexo intergeneracional, los sinsabores de la fama o el derecho a decidir sin miedo a herir susceptibilidades. Admirable que con una trama de preescolar se pueda acercar tanto a lo que sucede en la política nacional. Porque con el humor y la fina ironía se puede llegar más lejos que con el grito irado.
Berto Romero, que con 44 años conoce el mundo de la pequeña pantalla como la palma de su mano, sabe que al público le interesa saber cómo es la trastienda de este medio. De ahí que juegue con el espectador haciéndole guiños y creando una serie sobre una pareja que son padres primerizos y, que curiosamente, tiene el mismo nombre que la ficción que estamos viendo. Un ejercicio de metatelevisión que, lejos de mirarse al ombligo y parecer endogámico, se acerca un poco más al espectador queriéndole hacer partícipe de este juego televisivo.
Con ganas de más
Una tanda de seis nuevos episodios que se hacen cortos ya que que, lamentablemente, no da tiempo para profundizar en los personajes secundarios o en tramas como la de la suegra y la cuñada de Berto, la amiga de Sandra, Bego (Nuria Gago), o Belén Cuesta. Todas ellas aparecen con cuentagotas y podían dar mucho más jugo y que aparecen casi de modo anecdótico. En televisión no solo hay que tener claro la historia principal que explicar sino cuidar y mimar las otras tramas que te harán brillar la central.
Pese a ese inconveniente la segunda temporada funciona muy bien. En televisión es muy importante explicar una historia, pero sobre todo para seguir enamorando al espectador hay que seguir sorprendiendo y arriesgando como se ha hecho esta temporada. Si en la ficción Lucas crece, Mira lo que has hecho le está creciendo muy bien a Berto Romero.