Íker Jiménez lleva varios día sacando pecho de que había conseguido entrevistar en exclusiva para Informe COVID a Li-Meng Yan, la viróloga china huida a Estados Unidos que asegura que el Covid-19 se diseñó y modificó en un laboratorio como experimento de arma biológica.
Y, dejando a un lado que esta supuesta entrevista no es exclusiva ya que el diario El Mundo ya habló con ella en julio, dos reputados investigadores demostraron anoche que tal testimonio carecía de cualquier valor y rigor científico.
En su trabajo ha vertido una opinión y no tiene rigor científico
“Desde el punto de vista científico es muy flojo. Es un artículo de especulación pero que no aporta datos y tiene datos erróneos por no decir falsos”, dijo de manera contundente José Alcamí, investigador y coordinador del Grupo de Análisis Científico sobre el coronavirus del Instituto de Salud Carlos III y director científico de la Unidad VIH del Hospital Clínic de Barcelona,
Por su parte, Miguel Pita, investigador y profesor de Genética y Biología Celular (UAM) explicó que “tenemos que dar una respuesta y la daremos. Pero necesitamos tiempo. Es importante que la respuesta la tiene que dar la ciencia, no un científico opinando. Y eso requiere tiempo. En la gripe del 18 se tardaron más de quince años en saberlo. En el recorrido no hay que prestar atención a las opiniones”.
“Yo respeto mucho a esta señora porque es una viróloga de prestigio a la que han desprestigiado mucho. Pero no avala con datos sus opiniones. Y eso es una distinción importante. Hay que creer a los científicos cuando llevan datos, no sus opiniones. Yo soy científico y puedo decir que creo que Cristiano Ronaldo ha nacido en Venus, pero eso no hace que haya nacido allí. Un científico tomaría muestras de ADN de sus padres y vería que ha nacido en Madeira”, continuaba.
“Lo que ha dicho esta mujer son especulaciones. Las opiniones no tienen la validez de los que hacen un recorrido con un método. En su trabajo ha vertido una opinión y no tiene rigor científico. Si esa es su hipótesis la tiene que avalar con datos. Podemos entretenernos debatiendo, pero para solucionar un tema así hace falta ciencia, no opinión”, zanjaba el debate.