Hace ahora justo un año escribía en estas mismas páginas que El Tirón, el concurso que se sacó de la manga Mediaset España para cubrir el hueco de Pasapalabra, era el paradigma de la televisión que está en las antípodas del MIPCOM.
Formato low cost donde los haya, el concurso no era sino una especie de copia barata de Pasapalabra en la que los dos últimos concursantes de dicho concurso respondían a un tirón de doce preguntas en 150 segundos. ¿A qué me suena?
Grabado desde el mismo plató de Sálvame, al que se le habían añadido dos pobres paneles azules y dos atriles, para el programa se compuso hasta una melodía que sonaba a la del otrora concurso de Christian Gálvez. La cutrez en su máxima exposición.
Aquel mal invento se lo llevó por delante la pandemia. Sin embargo, ya nos dejaba una pista de lo que estaba por llegar y que poco después nos vendría a confirmar el estreno de La última cena: la nueva normalidad iba a dar aún más alas a la televisión low cost, sobre todo desde Mediaset España.
A buen entendedor
¿Las razones? Su consejero delegado no está dispuesto a cerrar el año con la misma caída en beneficios que ha tenido su rival Atresmedia (-50,4%) y más teniendo en cuenta su traumática salida del Ibex-35 y la paralización de su deseada fusión con Mediaset Italia, cuyo beneficio bajó un 60% en el primer trimestre del año.
Desde el país transalpino se piden unos datos a España para compensar sus propios resultados. De ahí que esa presión se haya visto trasladada a las productoras que trabajan para Mediaset España. Una actitud asfixiante que cada vez hace cada vez más difícil conseguir unos valores adecuados de producción.
Tanto es así que esta semana Nathalie García, la CEO de Fremantle, la productora de formatos como Got Talent o Idol Kids, agradecía a Atresmedia que haya apostado y se haya enamorado de un formato como Mask Singer: adivina quién canta.
“Hemos tenido la suerte de poder trabajar para y con una cadena que busca la excelencia. Atresmedia intenta poner unos niveles y valores de producción más allá de lo que habitualmente se puede hacer en el país. No quiero hablar de otros formatos. Pero lo podéis ver con otros formatos que tienen en antena”, explicaba la directiva. A buen entendedor...
¿Dónde poner el 'no'?
En Quiero dinero, los colaboradores de Sálvame hacen todo lo que esté en su mano con tal de ganar hasta 5.000 euros. Desde fregar los baños de las instalaciones de Mediaset España hasta quemar una fotografía de Isabel Pantoja, escayolarse los dos brazos o contestar a crueles preguntas como si se desea la muerte de un familiar.
Muchos nos hemos llevado las manos a la cabeza. Y eso que hace justo ahora un año premiábamos al magacín de Telecinco por "haber sido un formato innovador que ha cambiado el lenguaje televisivo en nuestro país y ha sabido acompañar a los espectadores como parte de su familia". Pero esto se ha pasado de frenada. Esto es un peligroso show cruel innecesario que manda a la sociedad el mensaje de que todo vale por dinero.
Aunque, ¿no es quizá esta sección el fiel reflejo de la relación que mantiene en el grupo con las productoras con las que trabaja? ¿qué están dispuestas éstas a hacer con tal de sacar adelante sus producciones? ¿dónde terminan poniendo el 'no'?
Mask Singer llega a España precedido del éxito en multitud de países. Algo de lo que son conscientes en Mediaset España, que prepara como arma la segunda edición de La casa fuerte, otro formato low cost en el que el mayor caché que se pagará será de 5.000 euros.
En un principio el nuevo talent show no debería tener problemas para ganar al reality si deciden enfrentarlos. Pero, de no hacerlo, ¿quién podrá negar que España tiene la televisión que se merece? ¿quién será el listo que le diga a Mediaset que no debe ajustar tanto sus costes?