Desde su entrevista en Sábado Deluxe, en la que confesó que sufría depresión, Kiko Rivera se ha convertido en uno de los personajes del momento. Y más desde que se hiciese público que en estos momentos tiene una mala relación con su madre, Isabel Pantoja, hasta el punto de que en sus redes sociales ha invitado a la gente a no ver Idol Kids, el programa en el que trabaja la tonadillera.
Este miércoles, Kiko Rivera sorprende en la portada de la vista Lecturas, acompañado por la que fue el principal azote de su madre, Mila Ximénez, quien le ha entrevistado para el citado medio. En la portada queda declarada la guerra: “Yo no cedí Cantora a mi madre a sabiendas. Firmé lo que ella me pidió”, dice en referencia a su madre.
En la entrevista, Rivera desvela su verdadera relación con su madre, algo de lo que ya dio una pincelada en Sálvame cuando señaló que no sabe separar a la Isabel Pantoja madre de la Isabel Pantoja artista. Durante la llamada que realizó al programa el 27 de octubre señalaba que no le ha pedido a su madre lo que le correspondería de la herencia de su padre, Francisco Rivera, Paquirri, pero añadió que “si yo quisiera pedirlo, estaría en mi derecho”. “Lo que le dije es que si para solucionar sus problemas y los míos, que son más pequeños, hacía falta vender Cantora, por mi parte no había problema y que podía coger para ella lo que a mí me tocara, que a mí con que me pudiera pagar y resolver mi problema, yo no quería nada más”. Un tema sobre el que ahora se explaya.
Al parecer, la decisión de airear esos trapos sucios es una frase que Isabel dijo en Cantora, cuando creía que nadie la escuchaba. “¡Que no se le olvide a esta gente que aquí la única Pantoja que hay es mi hija! ¡Ni mi hijo es Pantoja! Es Rivera”.
Según relata Kiko, en la actualidad no visita la finca Cantora “por el bien de mi salud y por el bien de mis hijas”, ya que no reconoce a su propia madre, que ha sido “devorada por la artista” según apunta la web de Lecturas.
También se tratará la herencia que Francisco Rivera ‘Paquirri’ dejó a su hijo Kiko, de la que se lleva décadas hablando. “Me huelo lo peor”, apunta Kiko, que pretende llegar hasta el final para cumplir los verdaderos deseos de su padre, aunque eso varíe su relación con su progenitora.