Hace casi un par de años, en estas páginas escribíamos un artículo titulado Cuarto Milenio, el único superviviente de aquel primigenio Cuatro. “Como le ocurre a Saber y ganar, Cuarto Milenio parece que no envejece, está en la misma buena forma que el primer día, y su evolución en sus secciones es tan paulatina que nunca ha necesitado una reestructuración de arriba abajo. No le hace falta” decíamos.
“Iker Jiménez, Carmen Porter y su extensa red de colaboradores nos invitan a pensar programa a programa que hay una realidad que no conocemos, que se nos escapa. Ya sea en este mundo, con casos como el asesinato de Kennedy, del que periódicamente aportan nuevos datos, como en el otro, lo que nos espera más allá de la muerte. No intentan convencer, nunca, pero sí dejarte reflexionando.
Es más, en Cuarto Milenio la fe y la ciencia se dan la mano, y lo mismo hay un científico que un religioso aportando datos sobre el caso que haya que tratar, y la misma autoridad se le da a uno que otro; luego ya cada cual, al apagar la tele, que se quede con lo que más le apetezca”, señalábamos entonces.
El programa dejará de investigar fenómenos paranormales
La cosa ahora ha cambiado. A inicios de este mes, Jiménez señalaba a sus espectadores que el programa dejaría atrás una de sus señas de identidad, la investigación de fenómenos paranormales.
“¿Cuántas veces hemos investigado sobre el terreno en fenómenos presuntamente extraños? Les hablo de las superclásicas en las que ocurre aparentemente algo, presencias, voces... ¿Qué hemos obtenido en todos estos años? Muy poco, real y objetivamente muy poco”, explicó el periodista al respecto. “Quizás porque la naturaleza de estos fenómenos no tienen nada que ver con la tecnología y no es fácil ofrecerles pruebas” añadía.
Jiménez insiste en que el programa no abandonará el misterio
“Hemos sido honestos, y creo que, después de cientos de reportajes solo en televisión, si tuviésemos que hacer un balance podemos decir que tenemos pocas pruebas. Tenemos un puñado de voces, unas sensaciones, nunca hemos captado algo parecido a la imagen que tenemos de un fantasma, y hay que ser honestos para decirlo” continuaba relatando, a la vez que admitía que en “todos estos años” han obtenido “muy poco, real y objetivamente muy poco”. “Yo no quiero ser desconsiderado, pero pienso que quizá ese no sea el camino más adecuado, o, por lo menos, ese es un camino que hemos trillado muchísimo y lo hemos hecho sin truco y por eso mismo hemos contado la verdad” seguía diciendo.
“Después de 15 temporadas, uno se pregunta por qué tanto esfuerzo para un tema tan esquivo. ¿Existirá? Pues yo creo que sí, hay mucha gente a la que le cambia la vida cuando esto le ocurre, pero cuando un equipo va son migajas, y yo estoy bastante cansado de las migajas, me interesa mucho más ciencia, la mente, la criminología. Veo otro tipo de resultados” sentenció.
A raíz de esta declaración, algunos medios titularon noticias como “Iker abandona el misterio” o “Iker da carpetazo a su audiencia”, y en la entrega del pasado domingo Jiménez quizo matizar que son titulares falsos porque parten de una base que es errónea, y las tildó de fake news. “Ni me retiro del misterio ni jamás se me ha pasado por la cabeza”, aclaraba al respecto.
“Yo lo que dije es que qué hemos obtenido después de diez años perimetrando lugares, haciendo aislamientos y poniendo cámaras. Migajas. A eso me refería. No sé a qué lumbreras se le ocurrió relacionar eso con el dinero. No lo entiendo. No estaba hablando yo de esto en todo momento”.
Fotograma de los especiales 'Operación Bélmez'
Cuando las investigaciones parecían algo más que migajas
Con este cambio de rumbo, muchos espectadores se pueden sentir defraudados. El espíritu original del programa consistía en analizar “temas clásicos de la parapsicología” tal y como recogían las notas de prensa de su lanzamiento, en 2005.
Ahora Iker Jiménez nos dice que el programa ha encontrado poco, “migajas” sobre la existencia o no del más allá, de los fenómenos paranormales, parece cansado de que le digan que su programa tratra de “fantasmitas” y quiere dirigir el misterio hacia crímenes o los enigmas de la mente.
Pero los que hemos sido fieles seguidores de Cuarto Milenio sabemos que en más de una ocasión el programa invitaba a pensar en la autenticidad de ciertos fenómenos, a que habían obtenido resultados reales y no "migajas".
Las investigaciones de Paloma Navarrete hablando con espíritus ahora parecen "migajas"
Qué decir de Paloma Navarrete y su péndulo, buscando energías en lugares de lo más variados y describiendo la presencias que ve, con todo lujo de detalles sobre edades o peinados, e incluso hablando con fantasmas, como el de una condesa. En la web del programa todavía se puede leer cómo el equipo “experimentó fenómenos paranormales” en el ayuntamiento de Tomares, en Sevilla lo que llevó a que se detuviese la grabación incluso.
O incluso podemos recordar el caso de las caras de Bélmez, del que hizo un especial en 2014, que incluía un análisis a una de las caras que se conservan y de la que no se pudo identificar cómo estaban hechas.
“Yo tenía solo una misión: fraude o no, verdad o mentira. Creo que evidentemente es verdad” decía Iker en el cierre de ese especial, que se alargó durante dos semanas. Después de una noche entera de grabación, el programa aseguró haber grabado varias psicofonías, que decían cosas como “no te interesa” o “soy el producto yo”; voces del más allá a las que ahora Iker hace de menos, aferrándose a que tienen muchas voces pero pocas imágenes. Parecía que había obtenido pruebas de un elemento paranormal en aquella casa de un pueblecito de Jaén, algo importante y revelador que no daba opción a pensar en el fraude ni en migajas.
Aquella investigación, que contó con un notario que certificó la autenticidad de la misma y su resultado, no estuvo exenta de polémica. Por ejemplo, el escritor afincado en Málaga, Juanma Alonso, recogió en el libro ‘Las caras de Bélmez, fantasmas o fantasmadas’ cómo en Cuarto Milenio restaba importancia a que no se conservasen fotos de la primera cara, o que invitase al difunto Paco Pérez Abellán y que éste citase de fuente los libros del propio Iker Jiménez.
También criticó la presencia en el programa presentase a Luis Alamancos como doctor pese a no tener ninguna lincenciatura. Alamancos catalogaba los resultados de la investigación como unos datos que le aportaban "desconcierto absoluto" tras analizarlos.
Si uno visita su perfil de Linkedin comprobará que el experto no tiene estudios superiores, y que es Doctor de Excelencia por la Comisión de Acreditación de la Calidad de la Educación, un título que se obtiene tras pagar una tasa de 900 euros y enviar un currículum al organismo pertinente, tal como se indica en la página web de Acreditacion.info.