El día 21 de octubre, es decir, hace un mes, Chelo García Cortés participaba en Quiero dinero, el último invento de Sálvame en el que sus colaboradores se sometían a diferentes retos y preguntas para ganar hasta 5.000 euros por entrega.
Esa jornada, la primera prueba, valorada en 100 euros, consistía en quemar con un soplete una fotografía de su antaño amiga Isabel Pantoja. Entonces, Jorge Javier Vázquez advertía a Chelo: “Tú recuerdas que Isabel Pantoja es muy supersticiosa, ¿crees que le va a hacer gracia?”. Ella decía que estaba jugando, y que no tendría por qué tomarse a mal ese pequeño gesto. Unos días después se decía que la de ‘Marinero de luces’ había sufrido un ataque de ansiedad por tal acción, y que no descartaba tomar acciones legales.
Chelo García-Cortés quemó una foto de Isabel Pantoja por 100 euros
Supersticiosa o no, lo cierto es que desde que aquella prueba de Quiero dinero la vida de Isabel Pantoja se ha vuelto más y más complicada, hasta el punto de que su principal enemigo televisivo es su propio hijo Kiko Rivera, el niño con el que en su día cantaba ‘Mi pequeño del alma’ con su piel de caquena (canne).
Desde que Chelo quemó la foto, la vida de Isabel pantoja se ha complicado
El pasado viernes, el DJ y ocasional actor protagonizaba un especial de La fábrica de la tele llamado Cantora: La herencia envenenada, en el que ponía punto y final por completo a la buena relación con su madre con unas declaraciones en las que asegurbaa que, después de lo que ha descubierto en la documentación que sus abogados han conseguido, no existe posibilidad alguna de reconciliación.
“Me parece lamentable que tenga que venir a un programa de televisión para enterarme de cosas que mi madre no se ha atrevido a contarme, me han engañado y me han robado a sabiendas de que lo estaban haciendo”, aseguró. Por ello, anunció que no va a poder perdonar a su madre y era muy duro diciendo que “mi padre desde donde esté, tampoco”.
Lo de Kiko fue un giro inesperado dentro de los habituales culebrones que sucedían alrededor de la familia Pantoja, en la que era habitual que alzase la voz contra la tonadillera su chófer, su niñera, sus amigas o hasta su hija Isa. La audiencia vivió con ilusión aquella primera entrega, que superó los 3,7 millones de espectadores, que se dice pronto.
A 'Cantora: La herencia envenenada 2' le falta un subtítulo épico, como 'La última voluntad de Paquirri
Telecinco no podía dejar escapar ese tren, y por eso, esta noche emitirán Cantora: La herencia envenenada 2. Como si aquello fuese una película, a la que le falta algún subtítulo épico como “la última voluntad de Paquirri”. Hoy hablará Teresa Rivera, hermana del difunto matador de toros, y se tirará de hemerotecas rescatando fragmentos del programa La máquina de la verdad, el abuelo del polígrafo actual en el que se sentó, en prime time, el padre de Paquirri para hablar sobre estos asuntos.
Más allá de la vida
De momento, desconocemos si habrá más partes. Quizá lo de esta noche vuelva a ser un éxito (probablemente liderará el prime time, pero no sabemos si volverá a alcanzar los tres millones) y así, la semana que viene tengamos Cantora, la herencia envenenada 3, y entonces descubramos, no sé, los fantasmas de la finca, esa que ahora parece que está llena de pasadizos secretos.
De hecho, ya sabemos que Isa Pantoja afirma que vio el espíritu de Paquirri cuando era pequeña, y Kiko habló con el mismo cuando fue a Más allá de la vida, aquel programa de Anne Germain. Qué lástima que Iker Jiménez ya no haga investigaciones paranormales, porque Cuarto Milenio tendría un filón con Cantora.
En 'Sálvame' dicen que Pantoja sufre de creatomanía
Con este nuevo especial de Cantora: La herencia envenenada, Telecinco se asegura un buen chorro de horas de contenido en sus programas. Y de paso, harán un nuevo traje a Isabel y no precisamente de faralaes. Ayer mismo en Sálvame decían que la tonadillera podría sufrir una enfermedad llamada crematomanía, esto esto es, un deseo obsesivo por acumular dinero y riquezas.
Y es que ya solo falta que hagan una Pantoja de trapo a la que apuñalen uno a uno todos los que formaron parte de su vida. O que pongan una gran foto de ella y le prendan fuego con un soplete. Oh, wait. Que eso ya lo hizo su amiga Chelo García-Cortés y por cien euros. Quizá no solo a Isabel le gusta el dinero y las riquezas.