Durante la emisión de Sálvame este martes 15 de diciembre, Canales Rivera se convirtió en el protagonista involuntario del programa. Y es que desde primera hora se informó que había sido traicionado por alguno de sus compañeros.
Hay que recordar que el torero participa en ‘Quiero dinero’ y se somete a diferentes preguntas comprometidas a cambio de una suma que crece a medida que se responden más cuestiones. Desde Sálvame anunciaban que uno de los compañeros había proporcionado información comprometida sobre él, y que podía cambiar su imagen pública.
El andaluz aguantaba el tirón como podía, pero se le iba cambiando la cara a medida que se teorizaba sobre qué sería esa información: una deslealtad amorosa, crisis familiares, delitos o morosidad. Canales incluso llegó a enfadarse con la dirección, alegando que es “de tener muy poco conocimiento” lo que se estaba diciendo.
El traidor resultó ser Antonio David Flores, que filtró la información y además pidió ser el representante de la persona que daría su testimonio (lo que le llevaría a ganar el 20% de lo que cobrase). A Canales le sentó como un jarro de agua fría pues es el compañero con el que tenía más cercanía y hasta le había invitado a su casa. “No tiene empatía ninguna, yo tengo una forma de ver las cosa y la lealtad está por encima de todo”, reflexionó.
Ya jugando a ‘Quiero dinero’, el programa lanzó la pregunta basada en la información de Antonio David. “¿Hace tres semanas tuviste relaciones sexuales en Madrid con una mujer que no es tu novia?”. Él respondió que no. “No he tenido relaciones sexuales con ninguna mujer desde que estoy con mi pareja que no haya sido ella, claro, ahora es la palabra de David contra la máquina, contra mí”.
Canales aprovechó para recordar que fue por una información similar por la que dejó Sálvame la primera vez, y que ya había hablado con su madre y su pareja de que podían llegar golpes en el momento menos esperado. “Lo que me fastidia es que venga por este hombre ¿Qué gana él con hacer daño, joder?”, se preguntaba, en referencia a Antonio David. Finalmente, la máquina Kopérnica reveló que el torero, que se llevaba las manos a la cara muy afectado, decía la verdad.