Aquella Navidad en la que cerró ‘Farmacia de guardia’ para siempre
El final de la emblemática serie de Antena 3 cumple 25 años
30 diciembre, 2020 07:29El 28 de diciembre de 1995 se cerraban las puertas de Farmacia de Guardia, una serie de Antonio Mercero en Antena 3 por la que pocos apostaban al principio, pero que se convirtió, como otras producciones del cineasta, en historia de la televisión.
Farmacia de guardia fue una comedia de situación de esas que ya no quedan en nuestra televisión, con risas enlatadas y roles muy definidos (padre simpáticamente irresponsable, madre rígida, hijo mayor comprometido socialmente, hijo menor gamberro, un abuelo ligón) que empezó su andadura televisiva el 19 de septiembre de 1991.
Al frente del elenco estaban Concha Cuetos y Carlos Larrañaga, una expareja bien avenida. Ella daba vida a Lourdes Cano, que regentaba una farmacia, y él a Adolfo Segura, un entrañable vividor con más cara que espalda. Como curiosidad, ambos ya hicieron de expareja en Verano Azul, también de Mercero, ya que eran los progenitores de Desi, aunque en aquella serie se llevaban fatal.
Concha Velasco y Carmen Maura rechazaron protagonizar la serie
No fue premeditado que Cuetos y Larrañaga volviesen a dar vida a una pareja a la que se le acabó el amor. En el libro Farmacia de Guardia. Todo lo que usted quería saber sobre la serie más popular de España que se publicó en el año 1993, Mercero reconocía que su primera opción para dar vida a la farmacéutica no era Concha Cuetos; que le propuso el papel a “actrices de peso” (literalmente entrecomillado), y que todas rechazaron la propuesta. Una de ellas fue Carmen Maura, quien afirmó en una entrevista que ni siquiera recuerda por qué lo rechazó ni qué proyecto tendría en aquel entonces entre manos, y otra Concha Velasco, que se arrepintió tiempo después de su decisión.
Antonio Mercero buscaba su Lourdes Cano ideal e incluso realizó prueba a otras actrices más, pero que no acababan de convencerle. Y así, un día, viendo una entrevista de Consuelo Berlanga a Concha Cuetos por televisión pensó que ella era su protagonista ideal. Además, señala que por aquella época Concha estaba relativamente retirada de su trabajo como actriz, y que se estaba dedicando a la dirección de doblaje de series y películas.
Farmacia de Guardia sirvió además para enseñar al público una Concha divertida y muy apta para la comedia, ya que sus principales trabajos, incluido su papel en Verano Azul, habían girado en torno a registros dramáticos. A toro pasado, en el mismo libro, Mercero afirmaba que ninguna de las “actrices de peso” habrían hecho tan bien el papel como Cuetos. Sin embargo, el papel de Carlos Larrañaga estaba pensado para el actor desde un primer momento, con un personaje escrito a la medida del mismo.
Durante 169 episodios en la farmacia Cano pasó de todo. Acudían clientas rollizas que se peleaban con la báscula, los críos (y mayores) utilizaban la parte de atrás para estar con sus ligues, se celebraba la Navidad si encartaba. Sin olvidar todas esas tramas de corte social, pues allí se hablaba de racismo, de transexualidad, de sida, de violencia machista y de lo que hiciese falta, siempre desde un prisma integrador. Años antes que en Al salir de clase, en Farmacia de Guardia ya hubo un adolescente que salió del armario, Pablo, uno de los amigos de Kike (Miguel Ángel Garzón).
La serie contó con un amplio elenco de personajes secundarios brillantes como la anciana Doña Paquita (Esperanza Grases), los policías Romerales (Cesáreo Estébanez) y María de la Encarnación (María Garralón), el alcohólico Posidio (Luis Cuenca), la alegre prostituta Sandra (Emma Ozores) o el chuleta camarero Chencho (Ángel Pardo), entre tantos otros. Eso sin mencionar los cameos o actores episódicos de la ficción, en la que no faltaron nombres de la talla de Fernando Fernán Gómez, Jesús Hermida, Irma Soriano o Regina do Santos.
A lo largo de la serie Adolfo siempre fue un rompecorazones y tuvo muchos ligues; Lourdes, sin embargo, solo tuvo un novio oficial, el profesor de sus hijos, al que daba vida Álvaro de Luna.
Inicialmente se iban a grabar tres episodios para el final de la serie
Ya al final de la misma Adolfo y Lourdes, que siempre se llevaron genial (¿o estaban condenados a entenderse?) parecía que se iban a dar una nueva oportunidad. ¿Acabarían juntos en el último episodio? Hasta se hizo una porra en el ficticio barrio en el que transcurría la serie.
Para mantener el interés se publicó en prensa que se grabarían varios episodios finales. Uno sería trágico, con Lourdes muriendo. En otro, Adolfo se iría con una nueva novia. Y un tercero en el que se prometía boda, que fue el que finalmente se emitió. Mercero reconoció que fue el primer episodio que se grabó, y que estaba tan satisfecho que descartó grabar los otros dos.
Adolfo y Lourdes se volvieron a casar, sí, pero solo como parte de la fantasía de la pequeña Fani (Alicia Rozas). A última hora, la pareja, cuando tenía que ir al juzgado a darse de nuevo el sí quiero, comprendieron que como marido y mujer no tenían futuro, y así, colgaron un cartel que rezaba “cerrado por amistad”.
Aquel episodio fue el más visto de toda la serie, que todavía ostenta el título de ser la más vista de la historia de nuestra televisión (desde que hay audiencias) con una media del 48 % de cuota de pantalla. La entrega final alcanzó el 62,8 % de cuota de pantalla con 11.527.000 espectadores, y el momento de la boda alcanzó un pico de 13.850.000 espectadores. Cinco años después, en febrero de 2010, se hizo un telefilme para contarnos qué había sido de aquellos personajes, película que anotó 3.122.000 espectadores y un 16,2 % de share, pero que no logró ser lo más visto de la noche.